La llamada línea de Kármán, situada a 100 kilómetros de altitud, se utiliza de forma convencional para delimitar el comienzo del espacio exterior.
El inmunólogo barranquillero lideró un estudio que identificó una proteína con un rol clave en enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide y soriasis.
En el documento indican que el final del mundo se dará por el impacto del Sol sobre la atmósfera.
Los astrónomos detectaron el planeta gracias al satélite TESS de la NASA.