El Heraldo
Imagen de referencia. Archivo
Cesar

Nuevos ‘paras’ estarían sembrando temor en la Sierra Nevada

La Defensoría del Pueblo lanzó una alerta temprana sobre la presencia de un grupo armado en la zona rural de Pueblo Bello. Dos campesinos fueron asesinados en menos de un mes.    

Poco antes de las 6:00 de la tarde del 14 de septiembre de 2018, cuando transitaba por una de las calles de Pueblo Bello, fue asesinado ‘Jesucristo’, un desmovilizado del Bloque Norte de las AUC, que meses atrás había llegado a esa población enclavada en la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte del Cesar.  

Las autoridades dieron cuenta que un hombre se le acercó a pie y le disparó sin mediar palabras. El nombre de pila de la víctima era Andrés Mauricio Torres, de 40 años, conocido también en las filas del extinto Bloque Norte paramilitar como ‘El Nene’ o ‘Z1’, quien cinco meses antes había salido de la cárcel donde pagaba una condena por homicidio y desplazamiento forzado. En agosto de 2014, Torres había pedido perdón en un acto público a las víctimas, luego de reconocer su participación en siete crímenes en Pueblo Bello, entre 2003 y 2004.  

Unos cuantos días después de la muerte de ‘Jesucristo’, fue asesinado en la finca Los Mangos de la vereda Casa de Zinc, corregimiento de Palmarito, Wilson Chaustre Parada, de 44 años, presidente de la Junta de Acción Comunal de esa población, cargo que ostentaba desde hacía tres años y medio, luego de desmovilizarse de las AUC.  

El 8 de febrero de 2019, un supuesto nuevo grupo de autodefensas, hizo llegar en sobres de manila, que tenían marcados con tinta roja los nombres de los destinatarios, todos directivos de las asociaciones cafeteras de Pueblo Bello, un panfleto en el que los citaban a una reunión en un lugar por definir “en inmediaciones de la Sierra Nevada” con el fin de “tratar temas pertinentes a la seguridad y buen desarrollo del municipio”, advirtiéndoles que en caso de ignorar los términos que les proponían se les declarará objetivo militar a ellos y a sus familias.  

Estas situaciones, las relacionó la Defensoría del Pueblo, que a raíz de las mismas lanzó la alerta temprana No 018-19 advirtiendo la presencia de estructuras criminales en el área de influencia de Pueblo Bello, conminando al Gobierno Nacional, a la fuerza pública y la Alcaldía, adelantar acciones para proteger a las comunidades en los corregimientos de Palmarito, Nuevo Colón, Minas de Hiracal y La Honda, así como de los resguardos Businchama y arhuaco de la Sierra y sus respectivas zonas de ampliación y de la cabecera urbana del municipio en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.  

Solicitó entonces a la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, a la Gobernación del Cesar y a la Alcaldía de Pueblo Bello, diseñar e implementar un plan urgente de reacción y prevención, en el marco del Comité Territorial de Prevención con medidas para salvaguardar los derechos a la vida e integridad personal de esas comunidades.

A pesar de la advertencia de la Defensoría y de testimonios de campesinos que daban cuenta de la presencia de hombres armados, no hubo acciones contundentes por parte de las autoridades.  

El Ejército reforzó las operaciones en la Sierra Nevada de Santa Marta. Cortesía

Ya pasaron más de dos años desde la alerta de la Defensoría, y contrario a la garantía de seguridad, la situación de orden público se agudizó en Pueblo Bello. Entre diciembre de 2021 y lo que va corrido de este año, dos campesinos fueron asesinados, uno en el corregimiento de La Honda, y otro en Minas de Iracal, mientras que otro agricultor fue reportado como desaparecido.  

De acuerdo con testimonios en Minas de Iracal, donde fue asesinado Ariel Sepúlveda Barrios, dos sujetos cometieron el crimen, mientras unos 15 hombres armados los esperaban en los alrededores de la vivienda donde fue ultimado delante de su esposa y sus hijas.

A pesar de todos estos hechos, según José Luis Peralta, vocero de las víctimas en Minas de Iracal, “en el antepenúltimo comité de justicia transicional, la institucionalidad en su conjunto dio concepto de favorabilidad positivo de seguridad para Pueblo Bello, aun cuando yo como miembro de  este comité advertía que no era pertinente, que no estaban dadas las condiciones, que había presencia de grupos armados en el territorio que se han venido fortaleciendo y no me creyeron; el alcalde dijo que confiaba en la fuerza pública, pero nosotros que hablábamos con el campesino que está en la Sierra sabíamos que su percepción no era la mejor y aun así dieron concepto favorable, y ya van dos muertos y un desaparecido”.  

Tras los hechos recientes, la Defensoría volvió a advertir sobre un grupo armado ilegal que estaría generando temor en la Sierra. Sin embargo, el alcalde de Pueblo Bello, Danilo Duque, indicó que “son rumores que vienen desde diciembre pasado sobre la presencia de hombres armados en el corregimiento de La Honda, pero serán las autoridades las encargadas de verificar si es verdad que se está conformando esta estructura en el territorio”.  

Hasta que los escucharon

Los campesinos de Minas de Iracal acudieron a la Defensoría del Pueblo en busca de ayuda, dada la compleja situación en la zona rural de Pueblo Bello. Las denuncias y la relación de los homicidios, conllevó a que las autoridades escucharan su clamor.  

Es así como el pasado martes se realizó un consejo extraordinario de seguridad en Pueblo Bello, convocado por la Gobernación del Cesar, con la asistencia de altos mandos del Ejército, la Policía, la Dirección de Fiscalías y del alcalde Danilo Duque, donde se analizó la situación, sin dar certeza de la existencia del grupo ilegal del que dan cuenta los lugareños.  

No obstante, se determinó enviar seis pelotones del Ejército, con 300 hombres, a la Sierra Nevada para reforzar la seguridad, aumentar los patrullajes y el control territorial, mientras la Fiscalía, en articulación con inteligencia militar y de la Policía, desplazó a un grupo de investigadores a la zona, a fin de esclarecer y dar con los responsables del homicidio de los dos agricultores, en los corregimientos de La Honda y Minas de Iracal, en jurisdicción de Pueblo Bello, norte del Cesar.  

Consejo de seguridad para garantizar el orden en Pueblo Bello. Cortesía

El director seccional de Fiscalía, Andrés Palencia, señaló que además se trabaja en identificar al supuesto grupo armado ilegal que estaría generando zozobra entre estas comunidades.  

El comandante de Policía en el Cesar, coronel Douglas Restrepo, sostuvo que se acordó un trabajo mancomunado de investigación criminal para dar resultados certeros contra las acciones de la delincuencia en el territorio.  

Por su parte, el brigadier general, Néstor Caro, comandante de la X Brigada del Ejército, afirmó que el Batallón de Ingenieros Murillo, tiene control territorial en la Sierra con 17 pelotones, que serán reforzados para garantizar la seguridad en esa jurisdicción.  

El secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Emilio Esquivel López, precisó que “llegó el refuerzo de seis pelotones, con 300 hombres del Batallón de Ingenieros y el Batallón La Popa, para establecer mayor garantía de seguridad en el territorio”.  

“De inmediato empezó a operar una integración de inteligencia entre Policía, Ejército y Fiscalía, hay presencia del Gaula, con el objetivo de dar resultados pronto e identificar cuáles son las personas que están armadas en la población y darles captura. La investigación está avanzada”, puntualizó el funcionario.  

Minas de Iracal, marcada por la violencia

Hace más de 30 años, Minas de Iracal, al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta, era un paraíso. 300 familias vivían de la bonanza de la agricultura que la tierra y la variedad de pisos térmicos les permitían desarrollar. El café, su principal renglón económico.

Pero por ser precisamente un sitio privilegiado por la naturaleza y un corredor obligado entre Valledupar y el macizo se convirtió en territorio de tránsito para la guerrilla. Los frentes de las Farc y Eln pasaban por la zona luego de cometer secuestros y otras incursiones en la región.

Esto estigmatizó a sus pobladores como colaboradores de la guerrilla, lo que fue motivo para que los paramilitares iniciaran una escalada de terror y muerte. 82 líderes de esa comunidad fueron asesinados entre 1988 y 2004, los que sobrevivieron a los crímenes abandonaron la otrora próspera despensa agrícola del norte del Cesar.

Después de la desmovilización de los paramilitares, los campesinos regresaron a Minas de Iracal y en 2010 crearon la Asociación de Víctimas Alianza por la Vida, para reclamar la atención del Estado.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.