‘Brownie feliz’, nueva modalidad de consumo de drogas en jóvenes del Cesar
Las autoridades investigan este hecho que se está registrando en el sur del departamento del Cesar.
La Policía de Infancia y Adolescencia en el municipio de Aguachica, al sur del Cesar, recibió el reporte del caso de un adolescente que deambulaba por las calles desorientado y que de inmediato fue llevado a la clínica María Auxiliadora para su atención médica, donde los galenos determinaron que estaba drogado.
Investigadores judiciales le preguntaron al menor que le había sucedido y este les dijo que había comido un ‘brownie feliz’, el cual tiene un costo de $15.000 pesos, por tal motivo se activó la ruta de verificación por la Policía, una visita a la institución educativa y el acompañamiento judicial, con el propósito de iniciar una investigación exhaustiva.
El intendente Mario Suárez, coordinador de la Policía de Infancia y Adolescencia en Aguachica, explicó al medio local María C. Morales, que detrás del consumo del denominado ‘brownie feliz”, existe una organización criminal que busca que los adolescentes y jóvenes se conviertan en adictos de las sustancias alucinógenas, además estarían utilizando a otros jóvenes para su comercialización.
Suárez agregó que una vez reportado el caso, se trasladó igualmente al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para hacer el acompañamiento necesario y verificar cuáles son las falencias que se presentan en el núcleo familiar del adolescente.
“El brownie feliz tiene apariencia normal a los que se comercializan, sólo que en su interior contiene marihuana, por eso la recomendación es no recibir nada a desconocidos, evitar el contacto con particulares y avisar a las autoridades de la presencia de personas extrañas a las afueras de las instituciones educativas o escenarios deportivos”, explicó Suárez.
Es esto el gancho para inducir a los adolescentes y jóvenes al mundo de la droga y según los expertos, “con el primer mordisco las neuronas del cerebro se activan provocando una sensación de poder y energía y en otros casos tranquilidad y sueño. Al pasar el tiempo los nuevos consumidores necesitan sentir ese placer que les provoca el comer estos pastelitos y es ahí cuando los menores se convierten en adictos”.
