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En carnaval | La Batalla de espumas

Se acerca el desmedido festín de esa intolerante diversión del sábado de Carnaval como es el uso indebido de la espuma. Los principales promotores son los padres, quienes proveen a sus hijos de este medio químico, que no hace otra cosa que incomodar a los miles de adultos que asisten a este evento del carnaval y, por supuesto, estos niños comienzan a acostumbrarse el poco respeto que le deben a sus mayores.

Ninguna autoridad, ningún medio masivo de comunicación, mucho menos la reina del carnaval de turno, han podido acabar con este tipo dañino de diversión, hasta tal punto que muchos adultos se abstienen de asistir privándose de compartir la alegría y así poder observar disfraces, danzas, cumbiambas, comparsas, carrozas, etc. , y todo lo que ofrezca el evento.

Esta diversión podría cambiarse lanzando confétis, serpentinas, inclusive lanzando golosinas, pequeños pasabocas, etc., es decir, algo que invite a la alegría, a la confraternidad, pues mucho de los que asisten se ven obligados a soportar las odiosas horas de lluvia de espumas que les toca aguantar con tal de no perderse del anual espectáculo.

La espuma ha invadido toda Colombia, todos los festivales, inclusive Bogotá que a pesar de no celebrar ninguna fiesta, nunca falta en diciembre la venta y uso de esta incómoda diversión que llega a convertirse en una inaguantable tortura.

Invitamos a esta sana reflexión para que la Batalla de flores sea un espectáculo de colorido, música y civismo.

Por *José Portaccio Fontalvo 

Las marimondas | Del Carnaval Barranquillero

En estos tiempos, de la modernidad, cuando a todo se trata transformar para mantener la actualización, vemos, para un solo ejemplo a modo de introito al tema que quiero exponer, como las composiciones musicales son sometidas a drásticas adaptaciones que al final terminan distorsionando el fondo de la original. Así, como lo dicho arriba, vemos en cada edición carnavalera los cambios, con algunas adaptaciones, que algunos disfraces han sufrido a través del tiempo. Hablemos del disfraz de marimonda. Este disfraz es uno de los que han sufrido cambios muy marcados y ha venido escalando posiciones sociales pasando del simple disfraz grupal de barrio popular a vestirse con corbatín y formando parte visual de elite excluyente porque si no es uniformada no puede pertenecer al grupo. Lo curioso es ver lo ordenada en los desfiles armando coreografías todo lo contrario a las originales que como tal tenían un comportamiento de marimondas, chillonas (el disfraz primitivo usaba un pito constante en la boca, hecho con caucho de neumático) y a la mano una delgada vara de calabazo, brinconas y morisqueteras. Asaltaban en bandas las casas y las dejaban en desorden (sin dañar nada) dejando las cosas en otro sitio y se aquietaban cuando se les ofrecía trago o comida. Este es grosso modus la diferencia entre aquellas marimondas de antaño y las modernas.

Desde cualquier punto de vista en que se interprete este comentario la realidad no cambia, pues la marimonda es marimonda a donde valla, aunque se vista de frac.

Por *Ulises R Rico Olivero