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Viendo el noticiero, en el que muestran, la deportación de Javier Alfredo Valle Anaya, después de estar encondido por 11 años en EE. UU, y donde las autoridades de EE. UU, descubren que está ilegal y con documentos falsos, vi con cierta satisfacción que lo tuvieron por 3 o 4 años preso, y descubrieron que era profugo de la justicia en Colombia, en donde está condenado a 40 años por su participación en el asesinato del sociologo y sentipensante Alfredo Rafael Correa de Andreis.

Luego de 18 años de espera, y donde el pide acogerse a la JEP, en la cual debe decir toda la verdad, lo cual dudo, pero en medio de mi tristeza guardo algo de esperanza de que confiese y diga todo, que diga quienes ordenaron y participaran en el vil hecho, lo cual nos permitiría a los pocos Correa De Andreis, que quedamos, poder tener un respiro y paz si es que sales todos los involucrados, que nos expliquen porque lo mataron, con que derecho acabaron con una familia buena, honesta, que nos digan cómo tuvieron corazón para acabarles el corazón a unos padres ancianos.

Han pasado 18 años, yo creí que lo había superado, pero ayer en televisión hablando a Alfredo Rafael, dando sus clases con aquel amor, y luego ver a mis padres en televisión con aquella valentía y, orgullo defender a su hijo, algo pasó en mi, me desplome de dolor.

Estaba engañada, creí haberlo superado, pero no, no puedo entender, ni resistir, soy católica, pero no voy a misa, pero hoy de rodilla pido a Dios que no ayude, que nos ayude a entender y aceptar.

Magda Correa de Andreis

macode38@hotmail.com