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De un tiempo a esta parte, los reguladores de tránsito en Barranquilla están siendo utilizados como verificadores de documentos. Sus funciones son parar los carros particulares en las principales vías y a las horas pico, lo que está ocasionando un mayor enredo en las estrechas calles barranquilleras.

Hace unos días, a las 6 p.m., me pararon en la Vía 40 con la calle 80, luego me pararon en la calle 82 con 59, y me volvieron a parar en la carrera 46 con la 90; en los tres casos pidieron papeles, me miraron, miraron el carro, devolvieron los papeles y siga. El caos vehicular y el relajo que se arma es tremendo. Mientras tanto, los buses pasan a toda, paran tres veces en la misma cuadra, frenan, pitan, echan humo, pero los reguladores de tránsito no dicen nada, solo piden papeles.

Me he quedado observando por largo rato para ver si sancionan y aplican un comparendo a un bus, buseta o taxi, pero no, es solo a los particulares, es como una fijación. Entonces, en Barranquilla no tenemos reguladores de tránsito, sino verificadores de papeles.

Una amiga me contó que la pararon para pedirle papeles, ella se los entregó y por último el regulador la interrogó y le preguntó a qué se dedicaba, ella, muy molesta, le contestó que era “dama de compañía” de profesión. El policía se asustó ante su respuesta y su tono grosero, le entregó los papeles, y la dejó pasar. Habrase visto, además con interrogatorio.

Comparar en muy aburrido, sin embargo, en otros países, los policías de tránsito, por así llamarlos, vela porque las personas circulen rápidamente, evitando trancones, y solo detienen los vehículos si detectan exceso de velocidad o si la placa por algún motivo se encuentra reportada. ¿Será que algún día nosotros gozaremos de este servicio?

Magda Correa de Andreis
Macode38@hotmail.com