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Una de las glorias de nuestro folclor musical caribeño lo constituye el maestro momposino Juan Manuel Esquivel Camargo, quien desde su niñez manifestó el alto aprecio que le tenía al clarinete, instrumento que en forma escondida utilizaba en ausencia de su hermano, también músico, para comenzar a aprender.

Juancho Esquivel, como lo conocemos, ingresó al Colegio Pinillos y a la edad de 15 años empieza sus estudios de clarinete y saxofón en la Escuela de Música de la ciudad de Cartagena. Muy joven es llamado por el maestro Pedro Biava para que haga parte de la Orquesta Filarmónica de Barranquilla, donde permanece todo el año de 1944.

En 1945 regresa a la capital de Bolívar. El empresario Antonio Fuentes lo ha encargado de la dirección de la Orquesta Emisoras Fuentes de Cartagena. Ese mismo año graba su primera composición, el porro Los peloteros, para rendir homenaje a la Selección Colombia que participaba en la Serie Mundial de Béisbol celebrada en Caracas.

El mismo empresario lo encarga para fundar una agrupación más limitada y así surgen Los trovadores de Barú. Es aquí donde Juancho da rienda suelta a su instrumento, y en una serie de grabaciones acompaña al gran cantante Guillermo Buitrago con una serie de porros como fueron Qué criterio, que 40 años después Carlos Vives lo reviviría con la misma letra y música pero con el nombre de La gota fría. El clarinete de Juancho se aprecia en La víspera de año nuevo, La piña madura y Tristezas del alma. A finales de los 40 aparece un desconocido compositor que quiere salir del anonimato y Juancho lo ayuda. Es Rafael Escalona con sus temas La despedida, El testamento y El pobre Migue.

Amante, como todo momposino, de la música andina colombiana, compone el pasillo Eres tú, dedicado a su esposa. Además compone el fandango El que aguantó, aguantó, más tarde grabado por los Corraleros de Majagual.

El maestro Esquivel fue escogido por el desaparecido sello Tropical para hacer una serie de grabaciones al cantante cubano Bienvenido Granda. Así mismo hace la primera versión con el cantante Humberto Chichi Meyer del éxito del maestro Rafael Campo Miranda, el porro Lamento náufrago. Con su clarinete, Juancho también acompañó las voces de José Barros, Tito Cortés, el Dueto de Antaño.

Hoy ya en la cima de sus envidiables 85 años a los que llegó ayer 5 de abril, el maestro con su jovial sonrisa y su buen estado físico y mental, la sociedad barranquillera debe ir pensando en el homenaje que semejante figura merece como recompensa a toda una vida dedicada a la música.

José Portaccio Fontalvo
CC 2894752 de Bogotá
joseportaccio@hotmail.com