Vuelve y juega. El fallo en primera instancia del juez Primero Administrativo Oral, Alejandro Bonilla Aldana, suspendiendo la oración religiosa antes del inicio de las sesiones del Concejo revolvió las aguas políticas en esta corporación.
El togado tumbó, incluso, el artículo primero del Acuerdo 05 del 2007 en el que se establece la práctica de la oración y se impone, antes de este acto, que las personas se den un 'abrazo fraterno' al 'inicio de las actividades diarias', tantos en oficinas públicas, como privadas, incluyendo centros comerciales y estaciones de Policía, entre otras.
El juez determina que 'la costumbre de la oración no puede tenerse como elemento cultural generalizado'.
Y agrega que las autoridades locales de carácter civil no pueden imponer el ejercicio de la oración de manera obligatoria, 'desconociendo la libertad de creencias en Dios'.
El año pasado, el tema de la plegaria antes de los debates, había generado una división en el organismo, por cuanto un grupo de concejales consideraba que violaba la libertad de culto que contempla la Constitución del 91 y por ello presentó un proyecto de Acuerdo revocando el aprobado en el 2007.
Este miércoles, al inicio de una sesión de audiencia pública para tratar temas relacionados con la salud y los deportes en el Distrito, la noticia de la suspensión del juez del acto espiritual y religioso, ocupó a atención de los concejales una vez iniciada la reunión.
Fue el concejal Antonio Salim Guerra, confeso cristiano evangélico, quien ganó figuración el año pasado por haber propuesto el proyecto que pretendía prohibir el llamado 'baile plebe' en los colegios y barriadas de Cartagena, fue quien inició el debate.
Dijo que si bien aún no hay una notificación sobre la determinación del juez, la corporación debía respetarla y, en consecuencia, al iniciar la sesión debía eliminarse o cambiar la realización de la oración por 'un minuto de reflexión'.
En consecuencia, los concejales, los invitados del Gobierno distrital y los asistentes de las barras se pusieron de pie y bajaron, algunos, las cabezas. Otros adoptaron poses de adoración religiosa con sus brazos elevados al cielo. No hubo lectura de un pasaje bíblico, como se ha venido haciendo desde el 2007. O elevación al Señor de peticiones para obtener su protección o iluminar los pensamientos de los concejales, como suele hacerse diariamente, cuando el presidente del organismo encomienda la oración a uno de los concejales.
La concejala Duvinia Torres, defensora de esta práctica religiosa, rechazó la decisión del juez y dijo que convocaba a la oración a la ciudad para lograr que este fallo se revoque o anule y se permita de nuevo el acto cristiano. Acompañando a esta fuerza espiritual y religiosa se suma una acción de nulidad que ya fue presentada a la demanda del ciudadano Miguel Ángel Garcés contra el Acuerdo del 2007 que estableció la oración en el Concejo.
El concejal David Dáger, de la bancada liberal, dijo que no está de acuerdo en que se haga esta plegaria por cuanto para él viola los derechos de las demás personas, por cuanto legalmente Colombia en un país laico. Para el dirigente, se deben respetar las distintas creencia religiosas de las demás personas que asisten a las sesiones.
Recordó que fue él quien el año pasado ordenó que desalojaran un Cristo de madera que se encontraba en la pared principal de la sala de sesiones, por considerar que ese recinto era público y se debían respetar las creencias religiosas de los asistentes. Añadió que no se puede obligar a las demás personas a adorar este monumento.
La concejala Torres, por su parte, dijo que era 'lamentable' la decisión del juez y recordó que 'la manera de comunicarse con el Creador es la oración, porque con la oración se consigue que el Señor en los cielos se manifieste'.
Sobre el 'minuto de reflexión' propuesto para reemplazar a la plegaria, el concejal Dáger dijo que 'lo de la oración es inconstitucional, como lo concluyó un juez'.
'Soy creyente, católico, apostólico y aplaudo la decisión del juez. Varios concejales también compartimos esta teoría de no poder obligar a las demás personas a hacer oraciones', sostuvo el dirigente, quien reconoció que no oraba cuando se iniciaban las sesiones.
El Concejo desde el año pasado se ha trenzado en fuertes debates sobre la conveniencia o no de hacer una plegaria antes del inicio de las sesiones.