El pasado 30 de agosto en la estación de policía Caribe Norte en Chambacú, ubicada a tan solo unos metros del monumento a la India Catalina, las caballerizas de los caballos cocheros y el cordón amurallado de Cartagena, el ‘comité de bienvenida’ de uno de los pabellones de detención, integrado según algunas fuentes por 60 reos, arrinconó hacia uno de los calabozos a 10 detenidos recién llegados para, posteriormente, abusar sexualmente de ellos y torturarlos.
Todo ocurrió durante seis horas. Entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde. Con cuchillas de afeitar y palos. Durante ese lapso, un hombre de la tercera edad fue empalado por los prisioneros. Otros fueron obligados a realizar felaciones. Hubo amenazas por doquier. Y también cuchillos, licor y música. Fiesta y barbarie. Para algunos se cumplió la ley del talión. Para otros, un horror innecesario que violó –literal– todos los derechos humanos.
El escándalo de lo sucedido estalló un par de semanas después y, abierta la caja de pandora, empezaron a conocer presuntos nuevos culpables. La Procuraduría General de la Nación abrió una indagación a los patrulleros Jesús David Anichiarico Arteaga y Luís Salcedo Cordero, por presuntos actos delictivos contra personas privadas de la libertad en la estación de policía cartagenera.
Los uniformados, según fuentes de entero crédito, habrían permitido los vejámenes durante el extenso tiempo de abusos en uno de las celdas.
En el acto administrativo se indica que, de comprobarse los hechos denunciados, 'la grave vulneración de los derechos humanos de las personas, las libertades públicas, así como la dignidad humana y los derechos humanos de los ciudadanos, incluso si se encuentran privados de la libertad, tienen la aptitud de provocar un impacto de orden social e institucional, al ser contrarios a la finalidad de la entidad como garante de los derechos y las libertades de los habitantes del territorio nacional'.
'Cuando asumimos el caso nos encontramos con la denuncia de 10 personas recluidas en un espacio de 2.5 metros cuadrados, se hicieron escritos a la Defensoría, Procuraduría, Policía, el Distrito de Cartagena, pero no tomaron cartas en el asunto hasta la revelación de los hechos en los medios. Nos hemos enterado de que eso viene sucediendo hace rato', aseguró a medios locales Didier Pizza, abogado de víctimas
'Lo primero que hay que decir es que esta estación de policía es del Distrito de Cartagena, y quien tiene la custodia de esos capturados, que son más de 120, es la Policía Metropolitana, por lo tanto es responsabilidad del Distrito y de la Policía velar por su seguridad, velar porque se le respeten sus derechos, y su integridad física y persona', agregó.
Sin embargo, la vulneración de derechos destapó un secreto a voces en los centros carcelarios de todo el país y que, al parecer, sucede con recurrencia en la estación de Chambacú.