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La soprano Blanca Gil empezó a cantar 'Caribe soy', de Leo Marini, una vez el jeque árabe Abdullah bin Zayed Al Nhayan se bajó del catamarán 'Capitán', que lo trajo por las aguas mansas de la bahía de Cartagena, desde el centro amurallado, en donde con camiseta tipo Polo y gafas oscuras, recorrió sus principales callecitas y plazas, cual turista satisfecho.

Abdullah bin Zayed Al Nhayan, su alteza real de Emiratos Árabes Unidos, es heredero de una fortuna familiar estimada en el 2010 en más de 360.000 millones de euros, que proviene de sus yacimientos de petróleo.

Con el alcalde Manuel Vicente Duque y su séquito personal de seguridad estuvo, desde las doce del día, soportando el sol de este verano interminable de febrero, por la plaza de Aduana; conoció a la Gorda de Botero, en la plaza de Santo Domingo y vio a las palenqueras, los mimos, las estatuas de carne y hueso, y toda la arquitectura centenaria de la que tanto le habían hablado.

El único sitio no gubernamental que visitó el jeque fue la terminal de cruceros de la Sociedad Portuaria. Paseó por la bahía desde la ciudad histórica y durante el trayecto hasta los muelles de la terminal de cruceros probó algunas picadas que les ofrecieron sus anfitriones en la embarcación de lujo.

El Jeque petrolero de Emiratos Árabes Unidos llegó procedente de Bogotá, donde se reunió con el presidente Juan Manuel Santos.

En su visita a Colombia, incluyó a Cartagena, y como es el Ministro de Relaciones Exteriores de su país, encontró la excusa perfecta para conocer la magia de la ciudad colonial, programando una cita con las autoridades de la ciudad y directivos de la Sociedad Portuaria para fortalecer los lazos comerciales con su nación.

Este heredero árabe se desplaza en dos aviones, uno para él solo y otro para su comitiva.

Abdullah, si no hubiera sido por su séquito de seguridad y acompañantes oficiales, hubiera podido pasear desapercibido por la ciudad entre murallas. No llevaba turbantes, ni joyas vistosas y vestía deportivamente, como cualquier visitante que se acaba de bajar de un buque crucero o se hubiera levantado de la silla clase económica de un avión comercial.

En esta capital demoró cerca de tres horas y de aquí siguió su rumbo establecido. En las instalaciones portuarias recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde Duque.

El capitán retirado Alfonso Salas, gerente de la Sociedad Portuaria, dijo que la visita del jeque es importante para Cartagena porque se revisó la participación de esta capital en los acuerdos comerciales firmados en Bogotá, y a la vez se produjo un acercamiento con Emiratos Árabes Unidos para abrir nuevos mercados.

'Esta visita es una prueba más de la internacionalización de Cartagena', agregó Salas.