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Casi un centenar de jóvenes, provenientes de barriadas de Cartagena, fueron los que atacaron a palos y piedras, a la estación de Policía de Santa Ana, poblado de la isla de Barú. Los muchachos llegaron en tres buses para pasar un domingo en Playa Blanca. La solicitud de unos agentes de controlar el volumen de un picó que llevaron al balneario, provocó la asonada, que genero pánico en esta isla.

Los siete uniformados de la Policía que patrullaban la zona de Playa Blanca sintieron que sus vidas corrían peligro cuando una turba de 90 personas, procedente del Olaya Herrera, atacaron la estación.

A punta de palos, piedras, botellas y todo lo que conseguían a su paso lo lanzaban contra el CAI. Partieron vidrios de las ventanas, las puertas y robaron chalecos de la Policía. Destruyeron los abanicos, las sillas y todo lo que a su paso encontraban.

El agente John Cacua fue herido en la pierna derecha. Los daños en la estación ascienden a más de 3 millones de pesos.

Los nativos que tienen restaurantes en la playa también se vieron afectados por la turba, pues les robaron parte de los producidos del día y se llevaron cervezas, botellas de ron y hasta comida.

De las agresiones no se salvó ni Poli, una guacamaya que era la mascota la Policía. 'Esta ave llegaba todas las mañanas a buscar su comida. Pero en medio de la arremetida de esta gente, le pegaron una pedrada en la cabeza, le torcieron el cuello y la mataron', comentó uno de los uniformados.

Para Óscar Mendoza Castro, vendedor de pescado en la playa, si ellos no apoyan a los uniformados, los visitantes enardecidos hubieran acabado con la vida de los agentes.

'Nosotros tenemos que proteger a la Policía y lo que ellos tienen que hacer es intensificar los controles para que gente como esta no siga viniendo a Playa Blanca. A los problemáticos no los queremos aquí', dijo Mendoza Castro.

En total hubo 51 detenidos, 25 menores de edad. Fueron procesados por los presuntos delitos de daño en bien del Estado y agresiones a funcionarios públicos.

Según los nativos, los olayeros llegaron en tres buses, desde las 6:00 de la mañana, con ollas de comida e instalaron un picó a un lado de la playa. Patricia Piñeres, teniente de Infancia y Adolescencia de la Policía de Cartagena dijo que 'los capturados fueron trasladados a la Fiscalía, en el barrio Crespo, mientras que los menores se encuentran en el centro de reclusión para menores en el barrio Canapote'.

El alcalde mayor de Cartagena Dionisio Vélez, la semana pasada, solicitó facultades que la Secretaría del Interior, para que decomisen equipos de amplificación sonora o picós en los corregimientos de Cartagena, debido a la cantidad de riñas presentadas en estos bailes sin control, y debido a que la facultad legal de hacer estos decomisos lo tiene Cardique, y no el Distrito.