El Heraldo
Personal experto en salud que atendió los casos de coronavirus registrados en un crucero, en Japón.
Barranquilla

Tres puntos de vista sobre el coronavirus

Académicos expertos en virus, economía y relaciones internacionales analizan el posible impacto del COVID-19 en Colombia y a nivel global.

A dos meses de su aparición, el coronavirus (COVID-19) se ha convertido en una de las principales preocupaciones de varios países y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advirtió que el mundo “no está preparado” para enfrentar esta epidemia que ya está en riesgo de propagación “muy alto”.

Ante esta situación, tres académicos de la Universidad Simón Bolívar, expertos en virus, economía y relaciones internacionales, analizaron el impacto de este tema a nivel global y nacional.

El golpe del COVID-19 a la economía nacional

Por Florentino Rico C.*

Como van las cosas, es preciso medir el impacto del coronavirus de China en las diferentes economías, ya que la economía China constituye el 17% del total del PIB mundial. Es preocupante que en poco tiempo se aprecian repercusiones en las bolsas de valores con variaciones por encima de 1.000 puntos, caso en los Estados Unidos, fluctuaciones en los precios del barril de petróleo por debajo de los 50 dólares y cambios negativos en las bolsas de Asia y Europa con resultados del petróleo WTI a niveles muy bajos a la fecha, se agrega la expectativa del crecimiento de China por debajo del 6%.

Un estancamiento en la producción en China induce a una menor demanda de materias primas y aumento de precios originando inflación, sin perder de vista las incidencias en las diferentes variables económicas como el turismo, el tráfico aéreo, las cadenas de suministro, transporte, la industria, el tipo de cambio, el comercio internacional, balanzas de pagos con consecuencias en la economía mundial y América Latina, esto implica que si China deja de producir su impacto será fuerte en todas las regiones del mundo.

China es el principal proveedor de mercancías en la mayoría de los países de Suramérica y un mercado de ventas esencial para casi todos los países de la región. Solo mirar las economías de América, México su comercio está en un 80% orientado hacia EE.UU., mientras que Chile canaliza un 33% de sus exportaciones a China y solamente un 20% a la Unión Europea y Estados Unidos, Brasil y Perú envían más del 25% sus exportaciones a China. Las exportaciones de Colombia a China representaron en el 2019 el 11% de las ventas al exterior, con un total de 4.344 millones de dólares.

La presencia del virus hizo que China frenara las compras de petróleo a Colombia,  principal producto de exportación del país y el que más aporta al fisco nacional. Colombia se ha visto beneficiada por la caída de los precios del petróleo y subida del dólar por el efecto dominó en la exportaciones e importaciones con un dólar por encima de los 3.500 pesos, este impacto es coyuntural, es decir, hay relación directa entre China, el petróleo y nuestro peso.

La economía colombiana en estos momentos coyunturales no depende tanto del petróleo sino del consumo interno, de la inversión de las empresas y no tanto de las exportaciones, un aumento en la tasa de cambio puede terminar aumentando la inflación, mientras el sistema financiero sea más desarrollado, no es utópico afirmar que se vislumbra un mercado financiero afectado por la incertidumbre de los inversionistas.  

El día en que Latinoamérica no sea sólo un proveedor de materias primas, sino que pueda hablarle a China como socio y no como fuente de recursos naturales, ese día se estará consolidando una verdadera alianza que cambie los polos de desarrollo Norte-Norte y se transfiera realmente hacia el sur.

*Economista, investigador Senior de la Universidad Simón Bolívar.

El coronavirus y su nivel de riesgo

Por Antonio Acosta Hoyos*

Para analizar con precisión el nivel de riesgo del coronavirus o COVID-19 es necesario revisar las cifras de otras enfermedades similares y su afectación a la población. Por ejemplo: según datos tomados de la Organización Mundial de la Salud la epidemia del SARS, otro coronavirus, en el 2003 registró 8.098 casos y 774 muertes (9,5% de mortalidad); y durante la Pandemia de H1N1 entre 2009 y 2010 en Estados Unidos se registraron 60,8 millones de casos y 12.469 muertes (0.02% de mortalidad).
Así mismo, si se revisan los indicadores de gripa común –la influenza anual– se evidencia que a nivel global, en 2019 hubo 389.000 muertes asociadas a esta enfermedad, lo cual representa un 2% de casos registrados en ese mismo periodo.
Con el COVID-19 en China se reportan 79.394 casos confirmados y 2.838 muertes aproximadamente (cifras hasta el domingo pasado). Esto representa una mortalidad de 3,5%, mientras que fuera de ese país asiático se reportan 6.000 casos y 86 muertes, 1.4% de mortalidad. Las anteriores cifras no son muy diferentes a las de la gripa común.
En consecuencia, vistas las cifras anotadas se puede concluir con mayor serenidad el verdadero riesgo de esta epidemia. Virus emergentes como el COVID-19 tienden a despertar sentimientos de irracionalidad en el público. La propagación de información falsa y a veces malintencionada, y la incesante preocupación global sobre la epidemia pueden conducir a conductas irracionales. Hemos pasado por crisis de salud mayores, como la epidemia de SARS, que tuvo una mortalidad del 9,5%, y los casos de MERS, en el medio oriente, que desde el 2012 presentan una fatalidad del 34% (2.494 casos con 858 muertes).
Estamos ante un virus que no alcanza a ser un SARS, pero tampoco un H1N1; se comporta en forma similar a la gripa común anual. Tendremos que cuestionarnos sobre qué tantas alarmas se podrían prender con el COVID-19. No podemos olvidar que hablamos de unos 80.000 casos confirmados en China, pero en una población cercana a los 1.300 millones de habitantes. Además, en los últimos días los casos nuevos se han reducido en ese país.
Es claro que este coronavirus es una enfermedad emergente que no se puede desconocer y sobre la cual se deben tomar medidas, como efectivamente se está haciendo de acuerdo con las entidades de salud correspondientes en el mundo, incluyendo Colombia, pero no es más grave que la gripa común. Y si la comparamos con otros coronavirus, como el SARS, evidenciamos que hasta la fecha tiene una mortalidad menor.
China está tomando unas medidas efectivas, como la cuarentena, que no son diferentes a cualquier otra epidemia que se debe controlar. En Colombia, igualmente, se deben centrar los esfuerzos en reducir el riesgo para que la enfermedad no entre al territorio nacional, teniendo en cuenta que en los últimos días ya se registraron casos en Brasil, México y Ecuador. Aunque seguramente llegará, debido a que vivimos en un mundo globalizado, no debemos entrar en pánico. 
PD: Este año en Colombia se han presentado más muertes causadas por dengue que por coronavirus. El llamado a las autoridades es para que se enfoquen primordialmente en lo que ya tenemos, sin descuidar otras epidemias.

 

*Microbiólogo e inmunólogo, doctor en Bioquímica y Biología Molecular.

Cooperación internacional para una cura

Por Gabriel Orozco R.*

Hay varios factores a nivel de relaciones internacionales que afectan el panorama global con el coronavirus. Uno es que la economía china está entrando en un proceso de ralentización, aunque todavía no se habla de recesión, pero muchas provincias de ese país donde está la mayor actividad productiva y exportadora están en cuarentena. Hay unas medidas que está tomando el Gobierno chino, que han hecho que varias zonas industrialmente activas estén prácticamente paralizadas.

Lo anterior tiene una consecuencia muy importante para la demanda de insumos que requieren esas empresas, que son principalmente de petróleo, gas o carbón. Esto ocasiona que los mercados internacionales se vean afectados.

Otro aspecto clave es la dinámica internacional del turismo, que ya hemos visto un impacto importante en eventos internacionalmente reconocidos. En Barcelona, por ejemplo, se iba a desarrollar el Mobile World Congress, uno de los más relevantes para las compañías de telefonía celular, y está suspendido por temor al coronavirus. Eso golpea directamente a la industria del turismo.

A su vez, las empresas de cruceros se han visto muy afectadas porque se ha dado la cancelación de paquetes de viaje, sobre todo en Asía, por cuenta del caso del crucero en el que hubo más de 600 casos confirmados.

Así mismo, la estigmatización que se está dando sobre los intercambios comerciales y de pasajeros hacia la población china y asiática. Ya hemos visto actos de xenofobia en ciudades de Estados Unidos e Italia; problemas de lenguaje y referencia despectiva hacia la población china, lo cual es preocupante y en lo que se debe evitar caer. La culpa o señalamientos no deben ser hacia esa población. Esto es un problema de salud pública mundial, como lo declaró la OMS, que debe requerir la mayor cooperación internacional y búsqueda de fondos para encontrar una cura para superar esta crisis de salud. En este propósito se deben unir las potencias mundiales, porque esta situación no favorece a nadie.

En estos momentos, las redes sociales y nuevas tecnologías no deben funcionar como megáfonos de pánico, sino como medios efectivos para difundir estrategias de prevención e información. Es una situación de alerta, de cuidado, pero no donde tengamos que vivir con miedo, ni generar zozobra.

* Doctor en Economía y Relaciones Internacionales.

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