Barranquilla

‘Nini’, un estigma que la juventud barranquillera quiere dejar atrás

El Dane indicó que el 24,9 % de los jóvenes se ubican en este fenómeno social. Autoridades exponen su plan. Expertos analizan la situación.

Siete meses. Ese es el tiempo que Adriana Sarmiento  ha estado en búsqueda de una oportunidad laboral tras haber recibido grado como comunicadora social y periodista en octubre del año anterior.

Para esta joven de 23 años, incursionar en el mercado laboral no ha sido una tarea fácil. La nula experiencia ha jugado en su contra a pesar de la “ardua preparación” que tuvo en la universidad.

“En Colombia es muy difícil encontrar empleo y se le suma la pandemia, lo que reduce cualquier posibilidad. Cuando uno está recién graduado es mínima la experiencia que tiene y las empresas piden dos o tres años”, explicó Sarmiento.

A diario, la joven envía su hoja de vida a distintas vacantes a través de páginas web o en grupos de redes sociales, los cuales se han especializado en la búsqueda de empleo.

Asimismo, Adriana ha realizado un par de cursos cortos con la intención de capacitarse con nuevas competencias que le permitan encontrar un empleo en el menor tiempo posible.

“Lo que más anhelo es encontrar una empresa que me abra las puertas y me brinde la oportunidad de ganar experiencia, de tener estabilidad laboral y crecer de forma profesional y personal”, agregó.

Sostuvo, además, que estar recién egresado de la universidad no es sinónimo de no contar con las capacidades para un buen desempeño laboral: “Necesitamos una oportunidad de capacitarnos y poder explotar nuestro talento”.

Luz Clara Valenzuela es una joven de 22 años que hace cuatro años recibió su diploma como bachiller. Su sueño de convertirse en una “próspera” profesional en Negocios Internacionales se ha visto truncado debido a la falta de recursos económicos.

“Siempre he tenido la motivación de formarme, porque el estudio es lo único que le queda a una persona y la herramienta para poder salir adelante”, dijo la mujer, quien vive en el barrio El Pueblito.

Indicó que existen “muy pocas oportunidades” para la juventud: “Los jóvenes queremos estudiar y cuando no tenemos recursos la única opción es trabajar para conseguirlos. Pero es muy difícil que una persona sin experiencia pueda acceder a un buen empleo. Por eso muchos terminan trabajando en cualquier cosa y posponiendo sus sueños”.

Por eso hizo un llamado a las autoridades para que vuelquen sus ojos a esta población debido a que la situación se ha vuelto un “círculo vicioso” sin salida.

Tanto Adriana como Luz Clara hacen parte del creciente grupo de jóvenes en el país que no están ocupados en el mercado laboral y no se encuentran matriculados en plantel educativo.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el país se estima una población de 10.990.268 jóvenes de 14 a 26 años. De ese grupo etario, el 27,7 % hace parte de este fenómeno social, que se ha agudizado a causa de la pandemia.

En el trimestre comprendido entre diciembre de 2020 y febrero de 2021,  este segmento poblacional se incrementó teniendo en cuenta que entre diciembre de 2019 y febrero de 2020 se ubicó en 24,9 %.

En dicho periodo, el porcentaje de mujeres que no estudia ni trabaja se ubica en 38,1 %, siendo mayor al de hombres (17,4 %). La tendencia tanto en mujeres como en hombres es al alza, teniendo en cuenta que entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, el 34,9 % eran mujeres y el 15,1 % correspondía a hombres.

Barranquilla se ubica como la tercera ciudad del país con el mayor porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, con un 30,8 %. Es decir, hubo un incremento de 3.8 puntos porcentuales en comparación con el trimestre comprendido entre diciembre de 2020 y febrero de 2021.

El Distrito solo es superado por Cúcuta (32,0 %) y Valledupar (31,8 %), mientras que es seguido de cerca por Riohacha (30,5 %) y Cartagena (29,9 %).

En la capital del Atlántico, las mujeres también tienen mayor proporción, con un 40,4 %. Por su parte, los hombres solo representan el 21,0 %.

El DANE también indicó que en la capital del Atlántico la brecha entre hombres y mujeres se ubica en el 19,4 %, una cifra que supera el promedio nacional (13,9 %).

Hablan más jóvenes. Para los movimientos juveniles, brindar oportunidad de formación y fomentar el primer empleo se constituyen en las principales acciones para atacar este fenómeno social.

Juan David Cantillo, líder juvenil en el suroccidente de la ciudad, expuso que las autoridades deben apostarle a una amplia inversión en educación. 

“Siempre es necesario brindar opciones para la formación de la ciudad y el país, que sean integrales, que se formen en las distintas competencias”, sostuvo el joven, quien es representante de la mesa de participación de niños, niñas y adolescentes del Distrito.

Cantillo también indicó que “las  autoridades deben brindar mayores oportunidades a las juventudes; se deben abrir espacios de trabajo con las organizaciones juveniles para dinamizar ese proceso en la ciudad”.

El Plan del Distrito

Alfredo Carbonell, gerente de Desarrollo Social del Distrito de Barranquilla, expuso que la problemática que rodea a la población conocida como ‘Nini’ no es sencilla debido a “las amplias heterogeneidades de la población y que existen diversos determinantes sociales”.

El funcionario sostuvo que entre dichos determinantes se encuentran  una oferta educativa y laboral que no satisface las expectativas de los jóvenes, así como las condiciones del hogar, “que en algunas familias requieren que las mujeres jóvenes ayuden en las labores del hogar”.

Sostuvo que desde la Alcaldía se creó una estrategia social macro, que recibe el nombre de ‘Jóvenes Imparables’, que articula programas de diferentes dependencias con el fin de que los jóvenes barranquilleros puedan desarrollarse y acceder a oportunidades, mitigando el impacto y permanencia de jóvenes en esta categoría.

Asimismo, explicó que la Alcaldía está invirtiendo 5 mil millones de pesos para cofinanciar el empleo en jóvenes entre los 18 y 25 años. De esta forma se responde al reto de generar oportunidades para los jóvenes.

“Se trata de la estrategia del Primer Empleo Juvenil que también incluye  la creación del empleo barrial en cultura ciudadana (800 jóvenes), 300 becas de inglés para el trabajo, 500 becas para jóvenes policías y becas para educación superior, proyectando que más de 10.000 bachilleres saldrán como técnicos laborales”, explicó Carbonell.

Adicionalmente, indicó que ante el Congreso de la República se presentará un proyecto para borrar los comparendos que tengan los jóvenes de estratos 1, 2 y 3 que se dedican al mototaxismo.

“Los retos de la juventud durante la actual crisis y la pospandemia requiere todo el esfuerzo local, el trabajo conjunto con el sector privado, de las instituciones de educación media y superior y el Gobierno nacional, para fortalecer estrategias que permitan lograr reducir las dificultades que tienen los jóvenes”, expuso el funcionario.

Hay que destacar que –a diferencia de otras ciudades– Barranquilla y su área metropolitana tiene una de las tasas de desempleo más bajas del país, con un 22 %, de acuerdo con el DANE: “De esta forma se constituye en la segunda ciudad con menor desempleo juvenil a marzo de 2021”.

El apoyo a jóvenes desde el sector privado

El sector privado en Barranquilla no ha sido ajeno a la problemática del empleo juvenil. Distintos empresarios de la ciudad han dado su respaldo a la política de apoyo a jóvenes recién egresados y que no cuentan con experiencia laboral.

Tal es el caso de la empresa Tecnoglass, que durante el mes de mayo ha incrementado su nómina con más de 300 personas y ha anunciado la creación de otros puestos de trabajo para jóvenes menores de 25 años. La meta es tener 500 jóvenes en su equipo de trabajo.

“Nuestra motivación principal es tratar de ayudar, de darles la oportunidad a los jóvenes. Que nuestro país aproveche las oportunidades para ser grande y eficiente”, sostuvo Christian Daes, CCO de Tecnoglass, al ser consultado por EL HERALDO sobre el plan puesto en marcha en esta empresa.

Expuso que los 500 jóvenes contarán con una serie de beneficios: “Los vamos a enseñar a trabajar, estarán en la planta; se le va a pagar entre el 15 % y el 20 % por encima del salario mínimo”,

Daes también explicó que “siempre damos muchos beneficios a las personas que trabajan con nosotros, queremos  inspirar y ayudar a nuestros trabajadores. Siempre queremos que se sientan parte de una gran familia”.

Indicó, además: “Queremos motivar al país a no quedarse estancado, es muy difícil ver cómo se está sufriendo cuando tenemos las oportunidades para salir adelante”.

Empleabilidad para jóvenes

El Gobierno nacional pondrá en marcha, desde el primero de julio, un plan de choque para la generación de empleo de jóvenes entre 18 y 28 años, que empieza con subsidiar el equivalente del 25 % del salario mínimo legal mensual.

El presidente Iván Duque explicó que ese subsidio equivale “prácticamente a los costos de la seguridad social, para que se contraten jóvenes entre 18 y 28 años de manera formal en nuestro país”.

La contratación de los jóvenes correrá por cuenta de empleadores, personas naturales o jurídicas, inscritos en el sistema de la planilla Pila.

El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), por su parte,  ha abierto –a lo largo del año– una serie de convocatorias de formación para  población juvenil en el Atlántico.

Una de las más reciente fue para el programa ‘Inglés para el Trabajo’, con tres mil cupos para la formación en niveles básico, intermedio y avanzado de dicho idioma. Además, ha puesto en marcha una serie de convocatorias a través de su Agencia Pública de Empleo.

Las implicaciones en salud mental

Para la especialista en psicología clínica María Eugenia Reátiga, la salud mental de los jóvenes se ve afectada de gran manera debido a las faltas de oportunidades para poder estudiar o trabajar. Indicó que dicha situación se ha ahondado debido a los efectos de la pandemia.

“Es una situación muy preocupante, porque la juventud se constituye en la etapa de los sueños y los planes. Es de las dimensiones temporales que permite tener una amplitud del futuro”, sostuvo Reátiga, quien es docente del departamento de Psicología de la Universidad del Norte.

La especialista fue enfática al sostener que “la cuarentena puede estar promoviendo un sentimiento de incertidumbre con relación al futuro, aunque no se puede catalogar como depresión. Es una desesperanza que debe considerarse como grave”.

Asimismo, expuso que esta situación puede tener incidencia en la capacidad de relacionamiento social de los jóvenes: “Son personas que están ciertamente aislados, sumado a las afectaciones de la pandemia. La vida universitaria se basa en el interactuar y la socialización, algo que no tiene un joven que no se encuentra estudiando. Esa es una fuente de bienestar”.

Por último, expuso que “la preocupación por el futuro y qué van a hacer en el mundo es algo general en los jóvenes. En el caso de los jóvenes que no tienen trabajo o no estudian por elección, no es tan dañino”.  

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