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*Por Guillermo De la Hoz Carbonó

La palabra da origen al derecho, también es la esencia de la paz. La palabra es manifestativa de las ideas y de las cosas y para expresarlas con claridad debemos capacitarnos en el manejo del lenguaje y convertir el arte de decir, la retórica, en una verdadera ciencia.

Desde la mitología griega se ha establecido una relación entre retórica y derecho. Se dice que el derecho nace cuando los hombres deciden remplazar las venganzas automáticas por el diálogo, por la palabra y en este sentido por una nueva forma de justicia más civilizada. Aristóteles resalta 'que cuando la palabra se sitúa en medio de los hombres, la palabra se transforma en instrumento de la paz'.

Lo anterior fue esencial para que los helenos consideraran la ciudad-estado como 'un modo de vida fundado exclusivamente en la persuasión, en la argumentación, en la palabra y no en la violencia o en la fuerza', y esto fue el fundamento de la civilidad de esta cultura.

No obstante, la palabra es un instrumento de dos filos. Por ejemplo, el orador debe ser un hombre probo, un ser humano poseedor de grandes virtudes: honestidad, templanza, fortaleza, valor, responsabilidad, decencia, en otras palabras, tener sabiduría en todo, para que el arte de la retórica surja del ejemplo personal y no solo de su lenguaje. El orador tiene la potencia de convertir las palabras en hechos y con éstos transformar argumentos fácticos y así persuadir al otro.

El cuidado en el uso del lenguaje es un deber del orador. El lenguaje está compuesto por palabras, que por su naturaleza son ambiguas, porque son al final signos, los cuales por si mismos, representan imágenes y cosas que generan confusión o incluso engaño. Es decir, el signo tiene imágenes detrás, que hace del lenguaje un tema enigmático. Entonces, este instrumento en manos de un orador indecoroso termina siendo la peor arma de guerra.

En suma, la paz se logra educando en el uso del lenguaje, en el diálogo, para el foro público y así todos los ciudadanos desde la palabra tenemos mucho que aportar para la construcción de una convivencia armónica. El tránsito entre los estadios sociológicos: del salvajismo a la barbarie y de éste a la civilización, no ha sido lineal, ni progresivo, también tiende a ser regresivo, y en gran parte se debe al manejo del lenguaje.

*Usuario de Wasapea.