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Ofrecer una permanente oferta cultural, deportiva y recreativa es la idea que motivó el inicio de la transformación de una de las zonas más abandonadas de Barrio Abajo.

Se trata de la calle 40, entre carreras 52 y 53, un sector marginado que por más de 20 años fue depósito de basuras, refugio de habitantes de la calle y un entramado ideal para la delincuencia.

Hoy luce irreconocible, los cientos de desechos fueron recogidos y la calle resplandeció para darle paso a la esencia que caracteriza a este barrio: la cultura y el deporte.

La iniciativa de la comunidad, el respaldo del Distrito y la empresa privada fueron claves para desarrollar el proyecto que quiere no solo darle una nueva cara a la zona, sino afianzar el camino hacia la industria creativa.

Para empezar, sus propios habitantes empezaron a pintar murales, dibujar carteles y a recrear los juegos tradicionales que reposan en la memoria de los barriobajeros.

'La bola e’ trapo, el parqué y el dominó son algunos de los juegos que queremos destacar. La idea es hacer torneos y generar un espacio para el disfrute de la comunidad', dijo Johan Parra, líder de la comunidad.

También se busca propiciar encuentros culturales, gastronómicos y artísticos que permitan darle una nueva identidad a la zona, antes conocida como la calle del cartucho o de la basura.

'Queremos que este sea un símbolo de cultura ciudadana. Aquí lo más importante es que hay participación y compromiso ciudadano', dijo David Montero Jalil, jefe de la Oficina de Cultura Ciudadana.

Como el trabajo es articulado, la empresa privada, presente en la zona, también se sumó a las primeras pinceladas del proyecto.