Barranquilla

En video | La odisea de estudiar en casa en una pandemia

En Barranquilla cerca de 5.000 estudiantes perdieron contacto académico tras la crisis. Distrito emprendió una campaña.

Cuando la matemática se mezcla con los gritos de un vendedor de aguacate y los talleres de español se interrumpen por el tipo que ofrece sus servicios de compra y venta de chatarra, neveras viejas y aires acondicionados, más de una persona entra en cólera en las humildes casas del barrio El Pueblo, ubicado en el suroccidente de Barranquilla. Las madres se estresan, regañan y gritan; los niños se frustran, lloran y patalean.

Pero –por más sufrido que sea todo el cóctel anterior–la situación puede ponerse peor si al mismo tiempo el clima juega en contra al sofocar y hacer transpirar más de lo normal con sus altas temperaturas. Si estudiar en casa es de por si una situación atípica y algo incómoda por el ruido exterior y la deficiencia de espacios idóneos para la actividad, la jornada académica puede ponerse más cuesta arriba si el abanico viejo, aquel aparato remendado en varias oportunidades, pero aún chueco, parece no mermar el calor sino todo lo contrario.

Acto seguido el padre de familia, que meses antes tuvo que adquirir un teléfono inteligente de gama baja-media, empieza a desesperarse mucho más por tener que mandar más de tres trabajos de sus hijos a tres profesoras distintas en medio de sus labores diarias. 

Debe hacerlos a los chats internos y no grupales por órdenes de los maestros. De equivocarse haría que la ‘seño’ se moleste y tenga que hacer un esfuerzo extra en su trabajo al proceder individualizar los trabajos en conversaciones que integran a más de 30 responsables de sus estudiantes que escriben –muchas veces– al mismo tiempo. Toda una labor titánica.

A esto se suma que cada padre y madre, en su día hábil para salir (antes de las nuevas medidas) debe buscar personalmente el material académico para sus hijos, por lo que la odisea de estudiar en casa en plena pandemia puede continuar de manera más o menos normal para los estudiantes si antes no se agota su paciencia y  se llenan de frustración cuando el internet del vecino, al que muy amablemente sus padres solicitaron la clave del WiFi, para tener conectividad en su casa, empieza a fallar.

Si no hay conexión, no se pueden mandar las tareas. Si no se pueden mandar las tareas, las notas negativas empiezan a llegar. El año está en juego y, en este caso, para ayudar, todo depende de la flexibilidad y empatía de los docentes.

“Es más difícil estudiar en casa porque tengo un solo celular y es difícil con tres niños cumplir con todos los compromisos. Mis niños son bastante voluntariosos con el estudio y siempre quieren hacer sus tareas. Gracias a los profesores he podido salir adelante con mis hijos”, Justina.

Compleja situación
Una funcionaria recopila información sobre niños que no están en el colegio. John Robledo

Desde que comenzó la crisis sanitaria se anunció que la educación sería lo más virtual posible, con el objetivo de evitar contagios masivos en las instituciones de la ciudad, una decisión que produjo, en algunos casos, una desconexión total entre colegios y estudiantes debido a la carencia de bases de datos en los primeros en mención. Es por eso que muchos estudiantes en Barranquilla, sobre todo en estratos bajos, no han podido continuar su año escolar.

Por otro lado, los jóvenes que han podido seguir estudiando lo han hecho en condiciones supremamente difíciles debido a problemas de conectividad en sus hogares y/o la falta de equipos tecnológicos (computadores, tablets o teléfonos inteligentes) para poder cumplir con sus tareas.

“Prefiero estar en el colegio que estudiar desde casa. En casa mandan lo que tenemos que hacer, pero no mandan las explicaciones. A veces no entiendo lo que tengo que hacer y después le tengo que explicar a mis hermanos las tareas de ellos. La tablet se colapsa y se borran las tareas que tengo que hacer. Me da rabia porque tengo que prestar cuaderno para poder hacer todo de nuevo”, dijo Mario Vargas, de 11 años.

La odisea de estudiar en casa cuando escasean los elementos ideales para afrontar una jornada virtual lastima, sobre todo, a los padres de familia. Los padres y madres reconocen que es verdaderamente doloroso tener que intentar darles explicaciones a sus hijos cuando la tarea de ellos no pudo ser enviada debido a que el celular o el computador presenta fallas constantes en su sistema por muchos años de uso o por ser comprado en condiciones irregulares.

“Es tremendo. Yo tengo tres hijos y a veces se me hace difícil entender lo que les ponen. Muchas veces ellos no se concentran. En mi casa hay una Tablet y un celular nada más. A veces se colapsa todo y se nos borra. A unos les toca en la mañana y a otros en la tarde. A veces unos terminan de estudiar y se ponen a jugar y desconcentran a los otros”, explicó Jennifer Araujo.

“Conozco varios niños que las mamás dijeron que los hijos no iban a estudiar más este año porque igual ellas no están para eso. Yo pienso que uno tiene que estar al pie con ellos. Esto es una lucha”, agregó.

La Búsqueda
Una menor realiza sus tareas con ayuda de un familiar John Robledo

En Barranquilla hay aproximadamente 200 mil estudiantes pertenecientes a más de 150 instituciones educativas distritales, pero debido a la pandemia del nuevo coronavirus y el cambio de educación presencia a virtual una cifra cercana a 5.000 jóvenes, según datos entregados por la Secretaría de Educación, han perdido contacto académico y no han podido continuar sus estudios.

Debido a lo anterior, la Alcaldía inició la búsqueda de estos estudiantes a través de los ‘Guardianes de la educación’, que casa a casa se encuentran recopilando información e invitando a los futuros bachilleres a no bajar la guardia en su formación académica y a los padres a no permitir que sus hijos abandonen sus estudios.

“Estamos en una búsqueda activa casa a casa de los estudiantes que por diversas razones han perdido conexión con su escuela. Venimos trabajando en la consolidación de ese listado para luego en campo buscarlos casa a casa. Hay muchos niños que se han devuelto a su país de origen o que han pasado la pandemia en otro municipio. Estamos averiguando las razones de por qué los niños se han desconectado de las escuelas”, explicó Bibiana Rincón, secretaría de Educación.

Para garantizar que los futuros bachilleres continúen su proceso académico, los  ‘Guardianes de la educación’ cuentan con Plan de Reintegración Estudiantil, por medio del cual los estudiantes identificados recibirán un plan de estudio (libros) que les permita nivelarse y culminar satisfactoriamente su año escolar.

Hay niños que se la pasan en la calle sin realizar los trabajos que mandan del colegio y creen que así van a pasar el año escolar, sin aprender nada ni hacer las actividades. Es importante que tengan material porque así están en la casa leyendo, escribiendo, realizando las guías”, dijo Catherine Gamboa.

Problemática mayor

En el barrio El Pueblo, sector donde comenzó la búsqueda de los 5.000 estudiantes que han perdido conexión con su escuela, la problemática suele empeorar cuando los futuros bachilleres hacían parte de colegios privados (pagos) antes de la pandemia. Muchos padres de familia aseguran que intentaron que sus hijos continuaran con sus estudios, pero no fue posible, lo que produjo que muchos niños quedaran en el aire a nivel académico.

Mis hijos me dicen que quieren seguir estudiando, pero en mi caso no ha sido posible porque perdí comunicación con la directora. Voy a ver qué puedo hacer para que ellos sigan estudiando. Eso es lo que quiero que ellos hagan para que sean alguien en la vida”, agregó

Por otro lado, también existe un grupo de estudiantes que se ha mostrado reacio a cumplir con sus labores estudiantes en tiempos del nuevo coronavirus.

“Yo prefiero estar en la casa y no en el colegio. Yo me levanto y me da flojera de hacer las cosas y le saco varias excusas a mi mamá para no hacer las tareas”, dijo un joven estudiante.

En Barranquilla, según información entregada por la Secretaría de Educación, hay cerca de 12.000 estudiantes de otros países, siendo Venezuela la nación que lidera esa lista.

Deserción

La tasa de deserción es el porcentaje de estudiantes que abandonan el sistema educativo y este indicador es generado y reportado por el Ministerio de Educación Nacional, teniendo en cuenta que es el ente que regula y maneja la base de datos de estudiantes a nivel nacional; al tiempo que determina si realmente el estudiante se puede considerar como desertor o se atribuye a cambio de institución educativa.

Esta información es remitida anualmente a las Secretarías de Educación de cada ETC, aproximadamente en el periodo de junio/julio del año siguiente al reportado; es decir, la tasa de deserción de 2019 sería remitida en junio de 2020. Sin embargo, dadas las circunstancias y panorama actual a nivel mundial y nacional, aún no se ha realizado el reporte oficial de la tasa de deserción anual.

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