El Heraldo
Panorámica aérea del canal de acceso al Puerto de Barranquilla. Archivo
Barranquilla

El canal de acceso al puerto de Barranquilla empezará mar adentro

El nuevo modelo de dragado, que saldrá a licitación y se aplicará durante 18 meses, contempla una draga disponible y una profundidad mínima de 12,19 metros.

Durante los últimos años la incertidumbre ha rondado el canal de acceso al Puerto de Barranquilla. La falta de estabilidad en los niveles de profundidad del río Magdalena y en los calados autorizados, no solo provocaron que al menos 236 mil toneladas de carga fueran desviadas durante 2018, sino que la ciudad “perdiera competitividad” frente a los puertos vecinos en la Región Caribe.

En varias oportunidades los gremios de la ciudad cuestionaron el modelo de dragado reactivo del Gobierno nacional para solucionar, de manera temporal y a través de declaratorias de urgencias, las restricciones impuestas por la Dirección General Marítima que generaban la pérdida de confianza de un puerto fundamental para el desarrollo de la economía local.

Esta situación generaba, además, una inversión de miles de millones de pesos por parte del Estado al tener que contratar la draga que más cerca estuviera de aguas barranquilleras, pagar costos de movilización y millonarios contratos para dragar determinadas cantidades de metros cúbicos de sedimentos, que estabilizaban el canal por cortos periodos de tiempo.

No obstante, un nuevo modelo de dragado, impulsado por el gremio portuario local y Cormagdalena, promete ponerle fin a la incertidumbre del sector y generar una estabilidad que permitiría al río Magdalena mantener niveles óptimos de profundidad y calados operativos estables para el ingreso y salida de embarcaciones, al menos durante los próximos 18 meses.

“Nunca se había pensado en dragar para tener el canal permanente”: Pedro pablo jurado, director de Cormagdalena

Diseño del canal

La primera tarea para lograr montar un nuevo modelo de dragado, que fuese preventivo y no reactivo, era realizar un diseño del canal en el que se especificaran cuáles eran los puntos críticos y las zonas a intervenir en el río Magdalena en donde más se acumulan sedimentos.

Para esto, el director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, explicó que reunió a expertos del sector, de la academia y de la Alcaldía Distrital para definir un trazado del canal de acceso, que permitiera dragar el río sistemáticamente para lograr una estabilidad permanente.

Una de las principales características que tiene el nuevo diseño es que el canal navegable empezará 2,8 kilómetros desde el mar hasta Bocas de Ceniza –lugar que actualmente se conoce como el kilómetro 0–.

El consultor marítimo Enrique Lequerica, asesor de Cormagdalena, explicó que esta zona, a pesar de tener las enfilaciones, nunca fue considerado canal navegable, y no tenía determinaciones de ancho y de profundidad.

Indicó que también se incluyeron las zonas de flotación, lugar en el que se fondean las embarcaciones, y las zonas de navegación, que son donde se maniobran los buques. Estas zonas —afirmó Lequerica— son legalmente parte del canal navegable y responsabilidad del Ministerio de Transporte.

El diseño del canal contempla la creación de un sector que se conocerá como ‘Bocas’, que irá 500 metros afuera de los tajamares y 200 metros hacia adentro del canal. En esos 700 metros se concentra el “gran dolor de cabeza” de la zona navegable, debido a las barras de sedimentos que se forman cuando hay poco caudal y cuando el caudal es más fuerte.

En cuanto al ancho, se contempla una medida mínima de 200 y 220 metros que permitirá el ingreso de buques que traigan 190 metros de eslora. “Estamos tratando de crear un reglamento, esto no será rígido, pero estamos tratando de marcar unas pautas mínimas”, explicó el consultor Lequerica.

Entre los detalles que se han ido incluyendo en el nuevo diseño del canal es una nueva enfilación que permitirá que el borde del canal navegable tenga, mínimo, 80 metros de distancia del dique direccional, con el fin de separar la navegación de los paramentos rígidos para no socavarlos.

Adicionalmente, se protegerá la orilla desde el kilómetro 14 hasta el 17, lugar en el que se presenta una fuerte erosión.

En cuanto a las zonas de giro, se hará una en el kilómetro 10, denominada zona de giro Prado; en el kilómetro 19, que será la zona de giro Paraíso, y en el kilómetro 21, donde se reforzará la zona de giro conocida como Barrio Abajo.

 “Estamos tratando de crear un reglamento con pautas mínimas”: Enrique Lequerica, consultor marítimo.

Las exigencias

El nuevo modelo de dragado no solo buscará que se hagan dragados preventivos, sino disminuir el gasto que se ha venido haciendo con el dragado, a través de urgencia manifiesta, del canal de acceso. Es por esto que el contrato contempla una serie de exigencias para la empresa a la que se gane la licitación.

Una de las exigencias es que el contratista deberá contar con una draga con disponibilidad plena, cuyo tiempo de respuesta para arribar a la ciudad será máximo de 96 horas (4 días) para cumplir con las labores de dragado que posibilite mantener una profundidad y un ancho variable y tolerable.

El contrato implica que se hagan mediciones diarias para conocer en detalle los aforos líquidos, las velocidades de desplazamiento del río y las variables que den lugar a la publicación de una carta de navegación “adecuada”, que garantice tanto la seguridad náutica como la economía de la ciudad.

El consultor Lequerica resaltó que no se pagarán costos de movilización cuando se requiera el uso de la draga y esta se encuentre en puertos cercanos del Caribe. No obstante—aclaró— se le exigirá al contratista que cuente con equipos de dragado de apoyo permanente como dragas de inyección de agua o draga de cangilones, que mantengan el río Magdalena con un “óptimo” nivel de servicio.

De no cumplirse estas exigencias, se le impondrán multas al contratista, que podrían llevar a la suspensión del contrato y aplicación de una póliza.

La profundidad

Durante 18 meses, el contratista deberá garantizar una profundidad de 12,19 metros de Bocas de Ceniza (kilómetro 0) hacia adentro del canal y de 13,50 de Bocas hacia afuera. En cuanto al calado autorizado para el ingreso y salida de embarcaciones a la zona portuaria barranquillera —explicó el consultor Lequerica— debe ser una discusión en donde estén incluidos los pilotos prácticos, los importadores, los amarradores y las autoridades, pero este no debe ser menor a 9,6 metros.

Financiación

El director ejecutivo de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, reiteró que el contrato se hará a través de la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, y su valor oscila entre los $37 mil millones y los $40 mil millones durante los 18 meses.

Precisó que la ventaja de que el contrato se haga a través de Findeter es la “especialización financiera”. “Una de las hipótesis es que Findeter permitiría, como entidad financiera, prestar los recursos para que en enero, si el Ministerio de Hacienda no le ha girado a Cormagdalena, ellos puedan hacer un crédito-cuenta. Eso es un  elemento importante”, explicó Jurado

Asimismo, señaló que Findeter cumple una gran misión como “gestor” de desarrollo territorial. “Ellos se acercan a lo que significa una oportunidad de valor agregado para la ciudad y para el territorio. Es una banca de segundo piso que es capaz de jalonar el desarrollo y hemos entendido que Cormagdalena debe ser una empresa industrial y comercial del Estado con una gran finalidad social”, manifestó Jurado.

El funcionario agregó que este contrato es una medida temporal, preparatoria para la APP del río Magdalena, y detalló que el contrato está en fase de estructuración final y los pliegos ya fueron entregados, con una “enorme” capacidad de aporte técnico.

“Pensar en dragar el canal de acceso era prácticamente pensar en dragar y ya cuando existiera la urgencia, pero no había un método para dragar sistemáticamente pensando en un canal permanente”, sostuvo Jurado, quien precisó que la iniciativa de cambiar el modelo de dragado fue de Asoportuaria.

La draga deberá ser pequeña.

El consultor marítimo Enrique Lequerica explicó que teniendo en cuenta el nuevo modelo de dragado y las profundidades y anchos que se van a manejar del río Magdalena, lo ideal sería contar con una draga de tamaño pequeño.

Detalló que sería una draga de succión en marcha, que tenga entre 1.800 y 5.000 metros cúbicos de tolva y que esté disponible para dragar el canal de acceso.

Reiteró que de las embarcaciones que han venido constantemente a dragar el río Magdalena en los últimos años, la que podría calificar sería la draga holandesa ‘De Bougainville’.

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