Talleres al aire libre que bloquean y contaminan a Barranquilla
EL HERALDO realizó un recorrido y evidenció que en varios sectores de la ciudad se sigue presentando esta situación. Autoridades distritales aseguran que trabajan para controlar esta problemática.
Los “intensos” olores a pintura, el aceite corriendo por las calles y los andenes ocupados con herramientas son algunas de las situaciones que diariamente se viven en algunos sectores de Barranquilla debido a que los talleres de motos y carros ocupan el espacio público.
La situación cada vez es “más grave” debido a que también impacta —de manera negativa— la movilidad. El “caos” en estas vías es “insoportable” debido a que los vehículos son los que deben esperar que estos carros que están siendo intervenidos se “quiten” de la calle para poder transitar. También sucede que se presentan accidentes por el poco espacio que dejan para la circulación vehicular.
Los peatones podrían ser los actores viales “más perjudicados” debido a que deben bajarse del andén y tomar las “concurridas” calles de la capital del Atlántico porque las aceras se encuentran “ocupadas”.
Los talleres “clandestinos” no tienen nada de secreto pues “Raimundo y todo el mundo” sabe en qué lugar se ubican y que laboran “a sus anchas”, sin regulación. Algunos vecinos de estos talleres aseguraron que le informan a la autoridad sobre la situación para que tomen acciones y garanticen el respeto de la vía pública.
En un recorrido por la ciudad, EL HERALDO pudo constatar que algunos de los talleres de automotores que se han “adueñado” de las vías están ubicados en: la carrera 37 con calle 52; la carrera 35 con calle 51B; la carrera 36 con calle 52; la carrera 38, entre calles 48 y 46; carrera 38, entre calles 41 y 48; carrera 40, entre calle 44 y 39; calle 36 con carrera 42; carrera 36 con calle 43; carrera 23 entre calles 37 y 40, la carrera 25 con calle 41 y la calle 62 entre carreras 45 y 46, entre otros.
Miguel Prada, residente en el barrio La Pradera, denunció que en la calle 117B, entre carreras 37 y 38, un taller de carros tiene invadido parte del andén y el carril izquierdo de la calle. Aseguró que los vecinos han intentado hablar con los mecánicos y han obtenido respuestas negativas e incluso amenazantes.
“No aguantamos los fuertes olores a pintura, a gasolina y mi papá es una persona de la tercera edad y se ha enfermado a consecuencia de esta situación. No podemos dirigirnos a los implicados porque tienen al sector amedrentado”, dijo Prada.
El hombre aseguró que viven esta problemática desde hace ocho meses y que ya han denunciado los hechos ante las autoridades y no han obtenido ninguna solución permanente. “Hemos puesto denuncias tanto en la Policía como en la Alcaldía de Barranquilla y han hecho caso omiso. Nos sentimos desamparados ante esto”.
Por otro lado, en el barrio Lucero, Luis Carlos Núñez sostuvo que la calle 53, entre carreras 38 y 37, se convirtió en “parqueadero” como consecuencia de los talleres que laboran en la zona.
“Los carros los parquean de ambas aceras y a otros carros se les dificulta pasar por acá y ningún vecino puede parquear un carro en la puerta de su propia casa”, contó Núñez.
Indicó, además, que la ocupación “indebida” del espacio está desvalorizando sus viviendas. “Aquí mandan a dos o tres patrullas, hacen un sondeo de dos o tres días y eso se olvida y sigue el mismo problema”.
Javier Osorio, residente en el barrio San José, indicó que en la carrera 23 no “soportan” los “fuertes” olores de los químicos que utilizan estos “comercios ilegales” y que teme por su salud debido a que es una persona de edad avanzada.
“El olor y el polvo son asfixiantes y no se soportan. Tememos por nuestra salud que es lo más importante”, expresó Osorio.
La Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial, liderada por Ernesto Camargo, estuvo de acuerdo en que uno de los problemas que afecta la movilidad en algunas zonas residenciales y comerciales es el uso inadecuado del espacio público y las vías por el desarrollo de actividades relacionadas con talleres de mecánica automotriz.
“Esta situación impacta negativamente en la movilidad vehicular, generando demoras adicionales en los recorridos, y a los peatones, quienes se ven obligados en algunos casos a circular por la calzada vehicular, poniendo en riesgo su integridad física, puesto que estos talleres invaden la franja de circulación peatonal”, indicó Camargo.
Afirmó, además, que en conjunto con la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público realizan operativos para ponerle fin a esta problemática.
“El objetivo de los controles es retirar estos talleres y aplicar las sanciones correspondientes tipificadas en el Código Nacional de Tránsito Terrestre, Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, y demás normatividad vigente aplicable”, agregó el funcionario
A su turno, Ángelo Cianci, secretario de Control Urbano y Espacio Público, informó que diariamente realizan los controles en las cinco localidades de la ciudad en atención a las quejas en ocupación por talleres y otros.
El funcionario explicó que los talleres en las calles representan un comportamiento “contrario” a la integridad del espacio público contemplada en el artículo 140, numeral 4 y 5, del Código de Convivencia y Seguridad (Ley 1801 de 2016), el cual establece que realizar estas actividades al aire libre constituye –entre otros casos– en obstrucción a la movilidad de los ciudadanos, desmejoramiento de la calidad de vida de los vecinos del sector, contaminación ambiental y auditiva, entre otras muchas molestias.
“En general en toda la ciudad se pueden encontrar estas actividades, siendo las localidad Suroccidente y Suroriente las que presentan un mayor número de quejas, ahora bien, en algunos casos esa ocupación deviene de una extensión de la actividad económica formalizada, la cual por incapacidad de espacio se traslada a la vía”, añadió Cianci.
El secretario sostuvo que los controles dan lugar a la creación de un expediente policivo, de los cuales en Barranquilla se han atendido casi 600 casos a los que se les ha ordenado el cierre de los establecimientos, la regulación de los espacios ocupados o inclusive la reubicación de estas actividades.
“En el ejercicio de control se genera la imposición de comparendos por recuperación del espacio público o inclusive se ha logrado que, mediante persuasión, algunos infractores corrijas los comportamientos, las multas por comparendo o el cierre de los establecimiento son las medidas correctivas que por excelencia le es aplicable a este tipo de comportamiento”.
El experto en movilidad Víctor Cantillo indicó que los sectores comerciales se han “apoderado” del espacio urbano y lo utilizan de estacionamiento vulnerando los derechos de los peatones. “El peatón no puede caminar por el andén y le toca bajarse a la calzada poniendo en riesgo su integridad. Esta es una situación que se debe a falta de controles urbanos”.
Cantillo añadió que cuando se estacionan los vehículos en la vía pública hay “menor” capacidad para la circulación. “En muchos casos, los vehículos están sobre el andén y debemos pensar que cuando hablamos de movilidad también debemos pensar en todos los actores y sin duda los peatones son los más vulnerados y más aquellos que tienen movilidad reducida”.
Julia González, docente de la Universidad del Atlántico en el área de toxicología, explicó que el tema de contaminación ambiental derivada de sustancias químicas y vapores afecta la parte respiratoria de las personas que circulen por estos espacios y más cuando tienen enfermedades como asma.
“Estas sustancias pueden llevar a una intoxicación crónica y de ahí pueden derivar muchas enfermedades en el tracto respiratorio. Es por esto que se deben hacer controles del aire y estudiar la población que se encuentra con estos contaminantes ambientales”, dijo.
La experta agregó que para las personas que se encuentran expuestas a estas sustancias y sientan cambios en su salud es recomendable que se acerquen a un centro médico y se realicen los exámenes pertinentes que puedan determinar las causas.
