Compartir:

Salones con poca luz, abanicos que funcionan a media marcha y pupitres en mal estado son parte del panorama que se observa en la Institución Educativa Distrital Comunitaria Siete de Abril y que preocupa a docentes, estudiantes y padres de familia.

A estas condiciones del colegio se suman las láminas del techo que amenazan con caerse, el mal funcionamiento de los baños y los problemas de electricidad que dejan constantemente sin luz al colegio, un escenario que dificulta la concentración de los estudiantes, quienes coinciden en que este escenario hace 'difícil' el estudio.

'Es un colegio pequeño para tantos alumnos. A veces no encuentro sillas para sentarme, porque las que hay están en muy mal estado', dice un estudiante de noveno grado.

Las aulas, según afirma, son pequeñas para albergar a más de 40 alumnos por curso, lo que hace que se vean en aprietos no solo por el espacio limitado, sino porque el calor se vuelve 'insoportable' para ellos.

Según documentos que presentaron los acudientes, desde 2016 esperan que el colegio sea intervenido por parte de la Secretaría de Educación, que en ese entonces respondió que había gestionado ante el Ministerio de Educación la reconstrucción y adecuación de las instalaciones educativas.

En el mismo documento se lee que el proyecto contaba con 'la aprobación y orden de servicio para iniciar la construcción en esa vigencia'.

Sin embargo, la situación sigue 'igual o peor', como señalan los mismos acudientes que decidieron interponer nuevamente una queja por 'las condiciones infrahumanas en que se encuentran los estudiantes'.

'Carecemos de una planta física adecuada para nuestros niños. Son muchos años sometiendo a los estudiantes a un sacrificio por cuenta de la falta de voluntad para intervenir el colegio', indicó Maritza Palencia, abuela y acudiente de cinco menores.