Analicemos el vientre de las cifras que nos trae este último reporte para desentrañarlas e interpretarlas desde la perspectiva de la dinámica de la actividad exploratoria de la industria, sus hallazgos, así como el comportamiento de las reservas, de su reposición y de la extracción de las mismas, así como su proyección hacia el futuro.
En tales circunstancias, en las que tanto la seguridad como la soberanía energética están en tan grave predicamento, una vez más el Caribe colombiano y La Guajira en particular le tienden de nuevo la mano al resto del país, pues, hoy por hoy, la mayor apuesta de Colombia para recobrarlas está en SIRIUS, un enorme descubrimiento de gas costa afuera, cuyas reservas se comparan con las del Campo de Chuchupa cuando fue declarado comercial y duplican las actuales reservas remanentes.
Lo acaba de ratificar la Gerente general de la empresa Transelca, encargada de transportar la energía desde el interior a la región Caribe, Brenda Rodríguez, “toda la Costa Caribe está declarada en emergencia por agotamiento de las redes eléctricas. Esto lo estamos atendiendo con especial cuidado”
Estamos ante un riesgo inminente de racionamiento de energía, esta vez, a diferencia de 1992/1993, por el apagón financiero a que han estado expuestas tantos las empresas comercializadoras como las generadoras de energía. Así lo han manifestado ellas y sus gremios y lo han advertido los organismos de control y lo que más preocupa es que de parte del Gobierno no se toman las decisiones pertinentes e inaplazables.
Con ocasión de mi ingreso como miembro correspondiente a la Academia Colombiana de Historia, presenté mi investigación sobre Juan José Nieto y Luis Antonio Robles, dos figuras cimeras de la afrocolombianidad, primer afro en ocupar el solio de los presidentes y el segundo primero en ocupar una curul en el Parlamento colombiano.
En mi caso, me he hecho a la idea de que lo que uno no escribe y publica no existe, escribir se me ha vuelto una necesidad imperiosa, tan perentoria como respirar; no me hallo a mí mismo sin escribir.
Ello se traduce, como es obvio, en una menor producción, de lo cual se sigue que su impacto se daría por partida doble, por la baja cotización del precio del crudo y la reducción de los volúmenes extraídos y comercializados.
De manera que mientras el Presidente Petro, pensando con el deseo, afirma que según “las últimas cifras del DANE nos muestran que hay una caída del carbón; le echarán la culpa a Petro, pero es que el mundo ya no compra carbón”, para la AIE, si bien “el mundo está a punto de alcanzar un máximo en el uso de combustibles fósiles y el carbón será el primero en disminuir, aún no hemos llegado a ese punto”.
Con esta afirmación del Presidente se violó la presunción de inocencia y el debido proceso a las empresas, al tiempo que se presionó a la Superintendencia de servicios públicos para “proceder” de acuerdo con su juicio de valor.
Si lo miramos desde el lado del comercializador, este al firmar un contrato de largo plazo debe constituir unas garantías, para lo cual debe contar con el músculo financiero necesario y suficiente. Y es bien sabido que las empresas comercializadoras están a punto de un apagón financiero, debido al impago de los subsidios, a la deuda de la Opción tarifaria y la cartera oficial en mora, que sumados superan los $7 billones.