Atlántico

Manuel y Carmen, una ‘esperanza de amor’ con la vacuna

La pareja, él de 103 y ella de 95 años fueron los primeros adultos mayores vacunados en Baranoa. Dicen que es la única forma de “blindar su humanidad”.

Con el anhelo de que su poema no llegue al final, los cinco hijos de Manuel y Carmen tomaron una decisión en la búsqueda de apaciguar la incertidumbre. Dos novios enamorados de toda la vida protagonizan la escena que lleva por nombre “esperanza al amor”.

Sentados el uno al lado del otro, entre cruces continuos de sonrisas que destilan toda una vida llena de bonitos momentos, la pareja que tiene más de 64 años de casados recibía la noticia de que serían vacunados.

Se trata del poeta Manuel Patrocinio Algarín Palma de 103 años y su esposa Carmen Elena Blanco, de 95, quienes se convirtieron en los primeros adultos mayores de 80 años en recibir la vacuna contra la covid-19 en Baranoa.

Aun con su avanzada edad, el declamar poesía mantiene con la sangre hirviendo a Manuel, conocido también como el ‘Viejo Patro’. Su lucidez sorprende a cualquiera que emplea una conversación con él y su pasión por el verso lo llevó a convertirse en un ícono de su tierra, el ‘Corazón alegre del Atlántico’, pues su himno fue escrito él.

Roberto Celedón, alcalde del municipio de Baranoa, no dudó es destacar que la vacunación a Manuel y su esposa era un reconocimiento por su histórico aporte cultural: “Don Manuel Patrocinio Algarín, además de ser uno de los baranoeros más longevo del municipio, es un personaje ilustre, creador del himno y una persona muy activa en lo que tiene que ver con el aspecto cultural de Baranoa y para nosotros es un honor honrar esos aportes que ha hecho al lado de doña Carmen, por lo que la vacuna se constituye como una esperanza al amor para que sigan preservando la vida”, explicó el mandatario. 

Manuel Patrocinio Algarín Palma, ‘El poeta más longevo del mundo’ en su vacunación.
Valiente

“Todo lo que es natural no hay que temerle, ni a la muerte misma porque llega, menos a una enfermedad, si llegó, llegó. A las enfermedades no hay que tenerles miedo, cuidarse de ellas sí y es lo que a veces no hacemos”, expresó Manuel Patrocinio al referirse a la pandemia.

“A la vacuna tampoco le tengo miedo, es una orden del Gobierno y hay que cumplirla. A mi esposa la quiero sana y feliz, con gozo espiritual, y la vacuna servirá para tenerla así y, además, como ejemplo a otros hogares para que vacunen a los progenitores”, dijo el poeta antes de ser vacunado.

Carmen Alicia, una de las hijas del matrimonio, contó cómo fue el momento de la vacunación de sus padres. “Cuando les iban a colocar la vacuna mis dos hermanos Juan y Luis, y mi hermana Cristina los acompañaron, yo llegué al hospital después y me emocioné un poco cuando los vi agarraditos de mano mientras estaban en observación”, dijo la mujer. 

“A ellos les fue bien, los dos se sienten bien, todo transcurrió excelente. Mi papá dijo que solo sintió un pequeño pinchazo. En el hospital fueron muy atentos, todo fue rápido y los citaron para que este 27 de marzo les aplicaran la segunda dosis”, comunicó la hija. 

“El temor lo hay por su avanzada edad, pero confiamos en que todo estará bien. A ellos los cuidamos demasiado en medio de la pandemia, si sentíamos cualquier síntoma nos aislábamos”, explicó Cristina, otra hija del matrimonio.

Mery Granados
De toda la vida

“64 años de casados gracias a Dios, porque él me la mandó”, sostuvo Algarín Palma mientras la emoción lo invadió frente a la siguiente pregunta: –Señor Manuel, ¿cómo define el amor por su esposa?–. “Oye, eso es inconmensurable. Eso es infinitamente, válgase el pleonasmo, infinito”, afirmó el hombre.

Carmen Elena es una de las principales mujeres que inspiró a este poeta. Juan Manuel, María del Socorro, Carmen Alicia, Cristina y Luis Demetrio, frutos de su matrimonio, son cada uno el resultado del amor que estos eternos novios se tienen.

“Yo hice a mis cinco hijos profesionales y eso que no soy bachiller”, aseguró Manuel Patrocinio.

Mery Granados
De familia

No recuerda con exactitud a qué edad comenzó a escribir poesía, pero asegura que el amor al arte es algo natural de su familia, los Algarín Palma. “Mi hermana María Esperanza era poetiza, mi hermano Marciano no se dedicó a la poesía, pero era un prosista número uno y un gran clamador. Éramos ocho, cinco varones y tres hembras”, explicó el poeta.

Siendo el benjamín de la casa y viendo a sus hermanos ser artistas del verso, Manuel se enamoró de las rimas, de la pasión de los clamadores y de la sensación de piel de gallina luego de contemplar un poema.

“Desde pequeño me pusieron a declamar. La primera vez me colocaron en una banquita y cité un poema, pero ahora no me acuerdo cómo decía”, dijo.

–Yo cumplí 102 años–, contó Manuel, de inmediato, su hija Cristina, lo corrigió, –103– dijo la mujer.

El secreto

Todo el que lo conoce se pregunta cuál ha sido la receta de Manuel Algarín para tener 103 años y conservar esa sagacidad que lo caracteriza.

Él dio el secreto: “Te voy a dar lo que pienso yo del alimento. Te hablo del alimento necesario para conservar la vida y el desarrollo de la misma materialmente, pero hay otro tipo de vida que requiere de un alimento que precisamente no es el material, te hablo del tipo de vida espiritual”, mencionó.

“La vida espiritual de la persona debe tener como fundamento la lectura. La persona que no lee fracasa, a mí lo que me ha servido es la lectura porque cualquiera cree que yo soy alguien de academia y no. Yo terminé cuarto año de primaria a los 18 años. Cualquiera cree que yo soy bachiller y no, ojalá.”

“También hay que tener tranquilidad, pero llegar a la tranquilidad depende de nuestros actos, el único juez que tenemos es nuestra conciencia porque esa no perdona y es incisiva”, apuntó el poeta.

Al ‘Patro’ le gusta el baile más que la comida, ahora a su edad lo sigue haciendo. “Todo lo bailo bien, zapateo y me muevo, a mí me pelean las parejas para bailar porque todavía sé”, comentó en medio de carcajadas.

Durante la continuidad del diálogo, Manuel soltó la sopa. “A mí papá le gustaba mucho el sancocho, era partidario del sancocho de carne. Él venía con los pedazotes de carne para que le hicieran sancocho y de niño lo comí mucho”.

Fuera de lo “espiritual”, así como él lo define, Manuel afianzó que toda su vida ha comido día y noche otro un manjar, sobre el cual existen rumores que apuntan a que el que lo consuma mucho llega a la vejez con lozanía.

“El bollo de yuca hace falta en todo almuerzo. Yo no quiero almuerzo puro, y ¿qué quiero decir con eso?, pues que es un almuerzo en el que no hay bollo y yo siempre quiero mi bollo, sobre todo si es de yuca”, aseguró Manuel Patrocinio.

Inmortalizado

“Cualquier momento es oportuno para el verso”, dijo Algarín frente a una posible idea de definir cuál fue la inspiración de sus palabras durante su trayectoria.

De vez en cuando almacenaba sus ideas en la caja fuerte de su memoria, pues frente a la falta de lápiz y papel ese era su único recurso.

Aseguró que no hay hora para escribir. Se puede valer de un amanecer a orillas del mar, el poniente, un plenilunio, en resumen, la naturaleza, porque para Manuel “la naturaleza es el mejor libro que he leído”.

“Lo que nadie le ha dejado a Baranoa se lo dejo yo, lo digo muy humildemente, y es su himno”, aseveró Algarín Palma.

Él y su amada Carmen junto con su familia, confían en que ese paso que dieron frente a la vacuna contra la covid-19 sí es la llave que abre la puerta hacia el camino de una “esperanza al amor”.

La cita con Manuel Patrocinio terminó con el siguiente verso de lo que el llamo ‘La noche del beso robado’: “Desesperado no me pude contener, recurrí a una estratagema no la podía convencer, le dije mirando al cielo ¿linda estrella no la vez?, y al extender su mirada hacia la región sideral llevé mis labios ardientes por el deseo de besar, a sus labios rojos, sus labios de coral, ella se llenó de ira y la cara me arañó, y también su boca encendida al instante me soltó, al ver mi cara sangrante con tristeza de mí se compadeció, entonces buscó mi boca y con la de ella juntó y esa noche inolvidable en un derroche de besos nos confundimos los dos”.

Balance de vacunados

El Plan de Vacunación avanza en los 22 municipios del Atlántico. A corte del 26 de febrero, según un nuevo reporte de la Secretaría de Salud departamental, 1.626 personas de la población priorizada en la primera etapa han sido inmunizadas contra el virus.

“Hemos recibido más de 3.500 vacunas y esperamos aplicarlas lo antes posible. Queremos pedirle a nuestra gente, especialmente a los mayores de 80 años y sus familiares, que verifiquen que estén en los listados de ‘Mi Vacuna’ para garantizar que todos los abuelitos queden vacunados”, dijo la gobernadora Elsa Noguera luego de la visita al hospital de Campo de la Cruz.

El alcalde de Campo de la Cruz, Richard Gómez, quien acompañó a la Gobernadora en su recorrido por el hospital, destacó el apoyo y compromiso de la administración departamental hacia los municipios en todo el proceso de la vacunación contra el Covid-19.

“Desde que se inició la pandemia y hasta el día de hoy, la Gobernación del Atlántico ha sido fundamental en el manejo de la emergencia. Hoy estamos más que articulados, para garantizar que nuestros habitantes, especialmente los adultos mayores, se vacunen contra el Covid-19”, expresó el mandatario local.

Italia Rojano de Galindo, de 82 años, oriunda de Campo de la Cruz, fue la primera en vacunarse en el hospital. Su hijo Ricardo Salas se refiere a su madre como una mujer luchadora y trabajadora, con un gran corazón, dedicada ciento por ciento a su familia.

En Barranquilla, según Minsalud, han sido vacunadas 3.658 personas.

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