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Marta Liliana Castro Pizarro y Diana Margarita Molinares Mejía, nacidas en Barranquilla y Santo Tomás, Atlántico, respectivamente, estuvieron en la lista de las primeras 500 personas en recibir la vacuna de Pfizer contra la Covid-19 en Estados Unidos.

Ambas, médicas por profesión, llegaron a la conclusión de que 'los efectos secundarios que podría tener la vacuna, no se comparan con los que puede causar el virus que ya ha cobrado la vida de más de 1,6 millones de personas alrededor del mundo'.

'Antes de decidirme a colocarme la vacuna, investigué mucho, tuve que leer y entender bien, para sentirme más tranquila, porque sabemos que es un medicamento nuevo, pero los efectos que podría tener no son diferentes a los de cualquier otra vacuna. La ciencia ha enseñado que los efectos serían muy básicos. Hasta ahora, lo único que he sentido es dolor en el brazo, como con cualquier otra', aseguró Marta Liliana Castro en diálogo con EL HERALDO.

Asimismo, Diana Margarita Molinares, afirmó que luego de 24 horas de la vacuna, lo único que ha sentido es dolor muscular en el área donde fue aplicada. En entrevista con el portal web Voz de Oriente afirmó que 'cuando iba pasando por los pasillos del hospital para recibir la vacuna, iba con el corazón lleno de felicidad, de fe y de orgullo y darle las gracias a todos los científicos que trabajaron por el desarrollo de esta vacuna y los voluntarios que hicieron parte de los estudios para que se pudiera aprobar'.

Para Marta, esta vacuna significa 'el principio del final' de este duro proceso que ha sido la Covid-19. 'Cuando aquí en EE.UU las cifras empezaron a subir, enfrentar la realidad como latina fue algo bien difícil. Lo que más me dolía era que la mayoría de personas que llegaban al hospital donde trabajo —Bellevue Hospital en la ciudad de Nueva York— eran afroamericanas y latinas, las minorías, personas que no pueden decidir quedarse en casa, sino que deben trabajar. Siendo latina aquí, era algo doloroso'.

Es importante entender, ratificó la médica barranquillera, que 'ponerse la vacuna no significa dejar de tener precaución. La pedagogía que se ha realizado es que ayuda a que tú no adquieras la enfermedad. Sin embargo, puedes portarla a otros que no hayan desarrollado anticuerpos o no tengan el sistema inmunológico preparado'.

Ambas atlanticenses se encuentran en espera de la segunda dosis, que se realiza a los 21 días de la primera, ellas aseguran que las vacunas son seguras, que hasta ahora no se ha conocido ningún síntoma adverso y que es importe que las personas tengan el acceso y la disposición para con el medicamento para lograr con prontitud un retorno a la normalidad.