
La Navidad madrileña se viste con sus mejores galas
La capital española ofrece rutas guiadas a los turistas que decidan pasar Nochebuena en ella. La iluminación es uno de los grandes atractivos.
En esta temporada navideña, Madrid vive sus mejores galas y la actividad desborda de alegría, más de lo habitual: el espectáculo callejero es total, las noches son más iluminadas y coloridas desde noviembre, la programación cultural supera al resto del año, en los restaurantes, tascas y similares sí que no cabe un alma. Sí, todo el mundo quiere disfrutar de la calle y sus vecindades.
A la Plaza Mayor, el corazón popular de España, Retorna el mercadillo navideño con enjambre de pesebres y adornos de temporada. De aquí partes los programas y rutas navideñas más importantes de la ciudad.
Es la época ideal para salir de compras por el centro madrileño: el Sol, Callao, Gran Vía y Plaza Mayor, donde al surtido de tiendas se suele unir la animación callejera propia de la Navidad, con Papá Noel y sus pajes recogiendo las cartas de los más pequeños o el espectáculo Cortylandia en la entrada del Corte Inglés de la calle Maestro Victoria, dirigido a los pequeños y a la familia, con decorado de temporada, canciones y bailes de marionetas.
En varias calles y plazas se organizan pistas de hielo para patinar y mercadillos como el de la Plaza de Jacinto Benavente, Santa Cruz o Plaza de España, con muestras de artesanía o disfraces.
Los platos típicos de estas fechas, los dulces, turrones, mazapanes y polvorones deben disfrutarse en Madrid, y rematarse el 6 de enero compartiendo el Roscón de Reyes.
El árbol de la plaza de Atocha es uno de los más imponentes del país ibérico. Cientos de círculos, estrellas y corazones le dan vida a este icónico símbolo navideño.
Disfrutar de la cultura. La capital española acoge siete museos nacionales, desde El Prado al Museo Nacional de Ciencias Naturales o el dedicado al Romanticismo, más de un centenar de galerías de arte y además es sede de la Biblioteca Nacional, la Real Academia Española o la de Bellas Artes de San Fernando, entre otras instituciones.
El llamado Paseo del Arte madrileño lo compone el triángulo que forman el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía, un recorrido de algo más de dos kilómetros por la historia de la pintura occidental, destino obligado si se quieren conocer obras de Ghirlandaio, Manet, Picasso, Dalí, El Greco, entre otros.
Asimismo, otro de los espacios culturales más destacados de la ciudad es Matadero Madrid (Paseo de la Chopera, 14), en Madrid Río, una pequeña ciudad en sí misma dedicada a la cultura emergente, el debate, las exposiciones, performances, el celuloide en la Cineteca y el teatro en las naves del Español.
Rutas navideñas guiadas. En la temporada navideña, hay visitas guiadas que ofrecen una panorámica de los Nacimientos o Belenes más representativos de Madrid.
Casi todas parten del Centro de Turismo Plaza Mayor, a las 11 a.m., con una duración de entre hora y media y dos horas.
Los participantes recorrerán algunos de los lugares más representativos de la ciudad donde el ambiente y la iluminación navideña alcanzan su mayor esplendor. Algunos de los más afamados arquitectos, diseñadores de interiores, modistos y artistas en general, han contribuido a la original y espectacular decoración lumínica de plazas y calles, con una cuidada tecnología sostenible que supone un considerable ahorro energético.
Ruta gastronómica. Para conocer de cerca los entresijos culinarios y los secretos gastronómicos de la capital, nada mejor que recorrer los ‘Restaurantes y tabernas centenarios de Madrid’, una ruta guiada que permite conocer los establecimientos que han cumplido más de un siglo y han pasado a integrar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad por su particular belleza y permanencia en la actividad económica a lo largo de los años.
Para identificarlos, el Ayuntamiento de Madrid les ha otorgado una placa, diseñada por Antonio Mingote, como agradecimiento por los servicios prestados de generación en generación.
La ruta se basa en la gran tradición culinaria de la capital, donde en 1900, ya existían 1.500 tabernas para una población de 840.000 habitantes. Hoy en día, muchos de estos restaurantes, bares y tabernas siguen dando fe de una cultura y una forma de vida tradicionales de esta Villa y Corte, que constituyen una gran parte de las señas de identidad de la ciudad.