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La última vez que vino a Barranquilla se presentó en la cancha del barrio San José. No estaba entre los planes, pero se montó a la tarima y cantó con sus colegas de la Sonora Ponceña en una noche para recordar. Era el año 2002 y, aunque no se sabía con certeza cuándo volvería, nadie pensó que no regresaría más a La Arenosa.

Junior ‘Hommy’ González se hizo leyenda con La Cartera. Al lado de la orquesta del pianista Larry Harlow interpretó el que sería su más grande éxito, que antes había sonado en la voz de Arsenio Rodríguez, su compositor.

Fue en ese grupo musical que debutó en 1971, reemplazando al ‘niño bonito de la salsa’, Ismael Miranda. Despuntaban los 70', y durante las décadas siguientes, no hizo más que alegrar fiestas y festejos con temas como El jardinero del amor y Tengo derecho a ser feliz.

‘Hommy’, de 63 años, estaba enfermo del páncreas y el hígado, hecho que lo llevó a ser internado en el hospital Auxilio Mutuo, de Puerto Rico, donde falleció ayer a las 8:00 de la mañana.

Así lo recuerdan

Juan Carlos Rueda, conocedor del género y admirador del artista puertorriqueño, aseguró que “Junior tuvo una vida muy disipada, llena de vicio que lo alejó de crecer aún más en el campo”.

Para Danny Tinoco, Dj de La Troja, “la muerte de Junior González es, sin lugar a discusión, una baja sensible para la salsa. Fue uno de sus grandes intérpretes”. Rememoró además aquel gran trabajo discográfico que González grabó al lado de Tito Puente, como homenaje a Benny Moré, y que se hizo merecedor de una nominación al premio Grammy.

Tico Salsa, reconocido melómano en la esfera barranquillera, también se unió a las voces que lamentaron el deceso del cantante, y extendió su preocupación porque “estamos huérfanos. Los grandes pilares del género han muerto y no ha llegado la generación que pueda reemplazar, o al menos igualar los años dorados de la salsa”.

Recuerdo inolvidable

Además de su voz, que acompañó canciones memorables del repertorio salsero, aquellos que siguieron su carrera coinciden en un recuerdo común, en una de sus visitas a Barranquilla.

Data de una rueda de prensa que ofreció el cantante en noviembre de 1996, cuando tenía programados conciertos en el teatro Amira De la Rosa y en la cancha del barrio Simón Bolívar. Antes de irse al bulevar del popular barrio del suroriente, Junior prometió que regresaría a La Troja antes de salir de la ciudad. A eso de las cuatro o cinco de la madrugada, el boricua se presentó en el emblemático estadero, donde tocó y gustó a los asistentes que seguían allí a esas horas.