Caroline Wambui tiene 18 años y vive en uno de los muchos barrios chabolistas que hay en Nairobi. Sin embargo, este contexto no ha sido obstáculo para inventar la primera aplicación móvil de donación de órganos en un país donde los enfermos se ven obligados a recurrir al mercado negro.
Su proyecto lo conecta todo: con solo descargar 'Life Pocket' en su teléfono, el enfermo puede entrar en contacto con posibles donantes de órganos y con los hospitales kenianos dispuestos a practicar el trasplante.
Además, la aplicación cuenta con foros donde los diferentes donantes y receptores pueden charlar sobre esta experiencia, antes y después del trasplante, y hacer consultas a médicos expertos.
El motivo que ha llevado a esta joven keniana a desarrollar esta ‘app’ es muy personal: 'Mi tío murió hace dos años porque no consiguió un trasplante de riñón, así que estuve pensando la forma de salvar el mayor número posible de vidas', relata emocionada a Efe.
Wambui serpentea cada mañana por veredas de tierra hasta llegar al centro de enseñanza secundaria de Mukuru Kwa Njenge, donde, junto a otras 30 compañeras, sigue las instrucciones de la profesora Damaris Mutati, quien se ha empeñado en enseñarles programación, una asignatura que no figura en el plan nacional de estudios.
Ella es, precisamente, quien la ha apoyado y ayudado en el desarrollo de la aplicación día tras días durante los últimos seis meses.
'Mis alumnas ven a gente exitosa en el mundo a través de la tecnología, y eso es lo que quieren. Yo solo les abro un campo en esta ciencia para que ellas construyan. Muchas quieren hacer aplicaciones móviles para cambiar el lugar donde viven', cuenta Mutati a Efe.