Reciben este nombre porque viven bajo la hojarasca y la capa de raicillas del bosque amazónico.
El hallazgo ocurrió a unos 3.200 metros de profundidad en la ladera de un volcán submarino extinto durante la expedición Seascape Alaska de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Los hallazgos fueron publicados este jueves en la revista científica Nature Genetics, los cuales permitirán avanzar hacia nuevos tratamientos para quienes sufren este trastorno cerebral.
Las observaciones realizadas descubrieron hechos curiosos en esta estrella muerta, magnética y de rotación rápida.
La investigación, publicada en Science y en Nature Aging, explica cómo se hizo el descubrimiento a través de una única fórmula matemática.