Salima y Samira Isaac Merlano, las hijas del médico Alfredo Isaac Fernández, recuerdan que en un día como hoy de hace 6 años su padre fue víctima de secuestro, tortura y homicidio, y a la fecha, según ellas, no ha habido justicia.
El profesional de la medicina fue sacado de un local en el Centro de Sincelejo, a escasas dos cuadras de la Catedral San Francisco de Asís, y dos días después lo hallaron muerto y enterrado en Los Caracoles, un predio también de su propiedad que está situado en el municipio de Tolú y que para la época de los hechos, año 2014, estaba en arriendo, al igual que el primero.
Por estos hechos son procesados el exconcejal de Tolú Ramiro José García Aljure, su compañera sentimental Ilda Rosa Carrascal Paternina, el hijo del primero Ramiro García Ayala, Alejandro Pomares, Abigail Martínez Romero y Ayda Rojas Vanegas, quienes gozan de libertad por vencimiento de términos.
Hay en curso dos procesos diferentes y ambos están en la fase de audiencia preparatoria del juicio. En el primer proceso que se inició a las pocas horas de ocurrir la desaparición del médico figuran los esposos Ramiro García Aljure e Ilda Carrascal. Esta última todo el tiempo ha estado prófuga de la justicia y para hoy precisamente está programada una audiencia de sustitución de la medida de aseguramiento. Cursa en el Juzgado Segundo Promiscuo de Corozal; mientras que el de los otros 4 implicados está en el Juzgado Único Penal Especializado de Sincelejo que este 13 de agosto tendrá la audiencia preparatoria.
Las víctimas, es decir, las hijas del asesinado médico de 72 años, reprochan las dilaciones en este proceso que no solo han venido por parte de los involucrados a través del cambio constante de defensores, sino también de algunos funcionarios del sistema judicial que prolongan la realización de audiencias por períodos de tiempo muy extensos, tanto así que han transcurrido 6 años y no hay la primera sentencia.
'Hoy se cumplen 6 años de vivir la ausencia de nuestro padre, sus sonrisas, sus llamadas de atención, sus conversaciones profundas sobre poesía, fútbol -su junior del alma-, economía y política, sus consejos llenos de sabiduría, su ‘ojo médico atinado’, con espíritu de incesante ayuda a las clases menos favorecidas que no tenían recursos para pagar una consulta, con el que siempre antepuso la ética en favor de la sociedad antes del interés económico particular, que en estos tiempos de pandemia hubiese servido para socorrer a más personas de las que salvó ejerciendo su profesión de médico con enfoque social', dicen sus hijas.
Agregan que su partida está llena de tristeza y esta se 'incrementa por el desconocimiento de la verdad sobre lo sucedido. No toleramos que personas sin sentimientos, con intereses mezquinos que antepusieron sus ambiciones desmedidas, secuestraron, torturaron tan vilmente y asesinaron a un buen ser humano, y mientras no se dé una justicia pronta sobre este caso'.
Aseguran que esperan 'de todo corazón que muchos funcionarios honestos del sistema judicial (que son la mayoría), con los que contamos en este país, actúen en este proceso buscando la verdad y la justicia para así evitar que los delincuentes se sigan llevando a gente inocente y buena que solo trabaja con fe para salir adelante y vivir tranquilos. No permitamos que una minoría de perversos le gane a la gran mayoría de ciudadanos que queremos vivir en una sociedad justa, equitativa, con oportunidades para todos, en la que se ejerza justicia sobre las malas actuaciones'.