Ocultos en medio de tumbas, osamentas expuestas, velas y flores se encuentran personajes que viven en medio de la muerte, la mayoría de ellos rezanderos, que ayer caminaban de un lado a otro en busca de los dolientes que llegaban a visitar a sus difuntos.
Su sitio de trabajo es el Cementerio Central de Sincelejo, donde, según un juzgado de la ciudad, no debió ingresar un cadáver más desde hace 5 años; sin embargo, esta orden ha sido letra muerta.
Hay rezanderos de todas las edades, desde los 82 años como Arneda Calderón de Chadid hasta de 13 como Brandon Burgos Pérez.
La mayor de todos llegó a Sincelejo en año 1960 y 16 años después, a raíz de la muerte de su esposo y en aras de tener un medio para sacar adelante a su familia, se inició en el oficio de la rezandería, el cual aprendió desde niña en su casa de Carreto, Córdoba.
En ese entonces el cliente era quien ponía el precio, hoy en día cobra mínimo $3.000.
En las últimas dos décadas ha hecho los rosarios en el Cementerio Central como en los velorios, con una camándula que le obsequiaron hace 25 años.
El día de la madre, del padre y la de los difuntos son las fechas en las que sagradamente acude al camposanto.
Rosiris Viaña Flórez y José Benito Gómez, sin proponérselo, han encontrado en los rezos una forma de vivir. Él, un comerciante de bollos de mazorca y buñuelos, sabía que a ese conocimiento le podía sacar partido y por eso desde hace 15 años lo hace; inició prestando sus servicios a $300.
Rosiris comenzó cuando una mujer le pidió que rezara por su mamá en una fecha especial. 'Llegué al Cementerio a hacerle un rosario a mi papá y una señora me pidió el favor que lo hiciera a un difunto. Al final me dio $1.000 y me dijo que yo rezaba y cantaba bonito. Ese día, que fue en el 2000 y que era mi primera vez, me hice $150.000', recuerda.
Viaña tenía dos años que no iba al cementerio porque, según ella, las personas 'ya no mandan a rezar tanto como antes'. De hecho, ayer a las 11:00 de la mañana solo había ganado $10.000 mientras que Arneda tenía en sus bolsillos $80.000 y José Benito Gómez $21.000.