Tras el anuncio sobre la cancelación del Jamming Festival, que cayó como balde de agua fría a muchas personas quienes tenían grandes expectativas por el cartel de artistas que se iba a presentar, un grupo de ciudadanos protestó en Bogotá.
En ‘Casa Babylon’, una de las sedes donde se vendieron las boletas para el tan esperado evento, connacionales y extranjeros procedentes de Ecuador, Bolivia, Costa Rica y México se reunieron para obtener una solución sobre el dinero que invirtieron en las entradas.