Isabella Gómez, la capitana que voló como una ‘mariposa amarilla’
Los asistentes al Salón Jumbo disfrutaron la noche de este sábado el espectáculo ‘Colores de la vida’. Una propuesta de la comparsa de solteros del Country Club.
Desde noviembre de 2021 Isabella Gómez Girón, capitana de solteros y casados del Country Club de Barranquilla, trabajó junto a su comparsa en el show ‘Colores de la vida’, que puso a bailar a más de uno, este sábado de Carnaval, en las instalaciones del Salón Jumbo.
A sus 18 años, esta joven actriz y egresada de la Universidad de Nueva York, se fue a la ‘Gran Manzana’ a perseguir sus sueños profesionales, y a sus 24 regresó a su tierra para vivir otro de sus anhelos, ser una de las representantes de la cultura y el folclor carnavalero.
Bajo la dirección de la coreógrafa barranquillera Rossana Lignarolo y la producción de Mauricio Cherkes, Isabella a través de ‘Colores de la vida’ cuenta su sueño de volver de Nueva York a “la tierra de las mariposas amarillas”, pero en su andar se dio cuenta que “el mundo se ha oscurecido” y desde sus pensamientos creyó firmemente que las maravillas del Caribe colombiano podían devolver esa luz que se había perdido.
El show que tuvo una duración de aproximadamente 40 minutos, en cada escena se enfocó en enaltecer las raíces caribeñas, africanas e indígenas, así como la importancia del cuidado del medioambiente.
Desde ‘Colores de la Vida’ la capitana hizo un llamado “a que reflexionemos ante todas las cosas que le dan color a nuestra existencia y a nuestra cultura”, así mismo hizo énfasis en la importancia de valorar todo aquello que nos rodea.
“En esta pandemia y en estos tiempos oscuros nos dimos cuenta de cuáles eran las comunidades que verdaderamente estaban afectadas y cómo en algún momento despreciamos nuestros recursos naturales (…). Por eso mi comparsa lo que intentó hacer fue recordarnos que debemos valorar nuestra esencia, la familia, el baile y la cultura porque eso es lo que realmente le da color a nuestra vida”, dijo Isabella a EL HERALDO.
El desarrollo del performance estuvo inspirado en gran parte en la vida de Isabella, a quién la pandemia la tomó por sorpresa, sola en Nueva York, lugar desde el que afirma vio cómo el mundo se oscurecía y cómo desde ese mismo punto anhelaba volver a sentir su tierra.
El espectáculo también hizo un homenaje a nuestro Nobel de literatura Gabriel García Márquez, de quien Isabella se declara una “fanática”.
“Creo en el realismo mágico que ‘Gabo’ expresa a través de sus obras y quería que en esta noche tan especial tuviera una referencia a él y a la libertad de las mariposas amarillas”, expresó la capitana.
Mientras el salón Jumbo del Country Club esperaba el show de la comparsa de solteros y casados, se escuchó una voz en off que relataba el deseo de Isabella de volver a su tierra. Seguidamente inició la primera escena en la que la anfitriona se despide de la ‘Gran Manzana’, mientras sonó la icónica canción de Frank Sinatra, New York, New York. Luego entró el pop de Christina Aguilera, pista que sirvió para fusionarse con la salsa que trajo a los asistentes de vuelta al Caribe colombiano.
Las raíces africanas emergieron del escenario con el retumbar de los tambores, sonido que sirvió de preámbulo para que el público enloqueciera a ritmo de champeta y dar por finalizada la segunda escena.
Su majestad la cumbia no pudo faltar en este recorrido de tradiciones, que en la tercera escena puso a todos a bailar con el sonar de la flauta e’ millo.
El merengue y la salsa también fueron protagonistas de la noche, ritmos que Isabella compartió en el escenario con su papá, Arnold Gómez.
La última escena que Isabella llamó “el despertar de la noche” resultó una mezcla de sonidos y colores, que sirvió para que el show musical se volviera más urbano. Para terminar con broche de oro, se hizo un homenaje al Carnaval de Barranquilla, que la capitana calificó como una “explosión de vida” al ritmo de los brincos de las marimondas y la fuerza del mapalé.
El vestuario de Isabella Gómez Girón, estuvo a cargo de Julie de Donado y fueron entre cinco y seis atuendos los que utilizó.
“El mensaje principal de la comparsa es celebrar la diversidad y querernos mutuamente, sin importar de qué raza somos o de dónde venimos. Quiero que reflexionemos sobre a qué le bailamos si a la guerra o al amor, a la paz o la inclusión. Yo hoy estoy volando y mi corazón está latiendo, no solo aquí en el Jumbo, sino en Barranquilla entera”, concluyó Isabella.
Sin duda, la exposición de Isabella logró demostrar que es posible preservar las raíces, aun habitando en la distancia. Por ello, la coreógrafa de este show, Rosana Lignarolo, resaltó el concepto que se transmitió en la puesta en escena.
“Fue un show acorde a nuestros tiempos, estamos viviendo y hemos vivido momentos tan complicados, situaciones que a veces nos abruman y ella le devuelve toda la luz y el color”, manifestó.
La oscuridad y el caos que la bailarina evidenció cuando pisó suelo barranquillero, fue la inspiración para a través de una manifestación artística, se reivindicara lo mejor de la cultura local.
Para Lignarolo resulta difícil pensar que en algún momento el barranquillero o caribeño se aparte de su esencia, ya que es el sello que nos representa a nivel mundial.
“Más bailadores los barranquilleros no pueden ser, la pasión que tenemos por nuestras raíces y nuestro Carnaval jamás se va a perder, y eso es lo que pudimos ver en la propuesta de Isabella”.
