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La historia de Sebastián Noriega es el testimonio vivo de cómo la perseverancia y el talento pueden abrir puertas incluso en los momentos más desafiantes. Este joven periodista, nacido en Caracas en 2001 de padres colombianos, tuvo que abandonar Venezuela a los 16 años debido a la crisis sociopolítica del país, estableciéndose primero en Barranquilla y posteriormente emprendiendo un viaje que lo llevaría hasta los estudios de grabación de Univisión en California.

Su transición de estudiante universitario trabajando en un call center mientras pagaba su carrera con crédito ICETEX, a periodista multimedia galardonado con prestigiosos premios de la industria televisiva, ilustra los desafíos y oportunidades que enfrentan los inmigrantes. Noriega no solo ha logrado adaptarse al competitivo mundo del periodismo estadounidense, sino que ha destacado creando proyectos que celebran los talentos e historias de su localidad.

Desde su llegada a Fresno, California, donde trabaja para Univisión 21, Sebastián ha desarrollado el segmento “Talentos del Valle”, un espacio dedicado a visibilizar deportistas, artistas y músicos del Valle Central de California. Su trabajo ha sido reconocido con tres premios Golden Mike y nominaciones a los Emmy, consolidándose como una voz autorizada en el periodismo de habla hispana en la costa oeste estadounidense.

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SuministradaSebastián Noriega, periodista de Univisión.

¿Quién es Sebastián Noriega?

Sebastián Noriega es un joven de 25 años (risas). Nací en Venezuela en el año 2001 en Caracas. Soy hijo de padres inmigrantes colombianos que fueron a Venezuela en busca de un mejor futuro, cuando Venezuela estaba en ese auge donde recibía muchos inmigrantes de diferentes partes del mundo. Soy el menor de tres hermanos, siempre he sido el pequeño y el consentido de la familia.

Desde pequeño siempre me ha gustado el fútbol, los deportes, y uno de mis sueños es ser comentarista deportivo. Estudié en varios colegios en Venezuela hasta que cumplí los 16 años. Nos mudamos en el 2017 a Barranquilla por temas sociopolíticos que había y mi mamá, en su temor de que nos pasara algo a mí o a mis hermanos, tomó la decisión de que nos mudáramos del país.

¿Qué tal la llegada a Barranquilla?

Barranquilla y yo siempre hemos estado conectados porque todas las vacaciones desde pequeño íbamos de visita cada diciembre. Yo conozco de primera mano lo que era la pólvora, las chispitas mariposas, el buñuelo. Mis papás siempre se han encargado de transmitirnos esas raíces colombianas con sus costumbres y creencias.

Llegué al colegio Lyndon B. Johnson en el 2017, tenía que terminar el último año de escuela. No conocía a nadie obviamente, entonces me metí en clases de todo: baile, deporte, en todo lo que hubiera me metí. Así fui conociendo muchas personas, conocí muy buenas amistades que hasta el día de hoy gracias a Dios todavía tengo.

Ahí fue donde en verdad por primera vez sentí que el periodismo me gustaba. Como me metí en muchas cosas con la actuación y las cosas del arte, me motivé. También hablé a veces en los actos cívicos. Tuve la oportunidad de hacer un curso de periodismo en la Universidad del Norte, un pre-curso cuando estaba a punto de graduarme del colegio y ahí fue cuando dije: “Esto es lo mío.”

El proceso emocional de dejar Venezuela, las raíces y la familia

No fue nada fácil. Cuando mis papás tomaron la decisión, yo estaba en el último año de escuela. Tenía amistades que conocía desde muy pequeño, son como mis hermanitos prácticamente, y me quería graduar con ellos pero el contexto no lo permitía.

Recuerdo perfecto que durante el viaje desde Caracas hasta llegar a Barranquilla yo todavía no me lo creía. Fue un proceso muy duro. Mis papás movieron mar y tierra para que nos sintiéramos lo más cómodos posible tanto mi hermano del medio como yo. Pasé de vivir en un lugar donde conocía a todos, a no conocer a nadie. Creo que eso fue lo más feo que sentí porque me sentía solo, pero creo que me sirvió porque también pude conocerme a mí mismo un poco.

Es egresado de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte...

Desde que empecé la universidad sabía que si quería estudiar en la Universidad del Norte tenía que hacerlo con ICETEX. Estoy agradecido por eso porque me dieron la oportunidad de estudiar. Sigo pagándolo, es una deuda amplia, no voy a negarlo, pero como me dice mi mamá: tuve la oportunidad de estudiar y ahorita solo hay que pagar porque ya lo más importante ya lo hice.

Ya había cumplido la mayoría de edad, ya tenía otros gastos y empecé a trabajar. Trabajé en un call center durante más de un año. Fue un trabajo desgastante, pero por lo menos me dio el sustento para poder tanto apoyar a mi familia como para mis propios gastos. A veces era duro porque me acuerdo que nada más descansaba dos días del call center, que eran lunes y miércoles, y esos dos días eran los únicos días donde tenía clase en la universidad porque los demás estaba trabajando.

¿Cómo llegó a Univisión?

Cuando llegó el momento de pedir las prácticas profesionales, estaba un poco indeciso. Hice varias entrevistas y surgió la oportunidad de trabajar en iFood. Mientras trabajaba ahí, surgió la oportunidad de irme a Estados Unidos. Me fui realmente a turistear, pero también a conocer cómo era el estilo de vida.

Al llegar a Miami, seguía trabajando con iFood y luego la empresa cerró. Me quedé con mis tíos en Miami y trabajé en una licorería en las tardes durante varios meses. Después trabajé en un restaurante vegano y alternaba: por la mañana el restaurante vegano, por las tardes la licorería. Era exhaustivo. Conocí en primera mano lo que viven miles de inmigrantes a diario.

En uno de esos días llegué cansado y mi tía se acerca y me dice que hay un lugar donde están ofreciendo empleo, un banco de empleo. La señorita me pidió mi hoja de vida y me dijo muy amablemente: “¿Por qué no vas y aplicas a canales de televisión, a periódicos? Ve y toca la puerta.”

Imprimí cinco hojas de vida, las puse en cinco sobres manila. Hice un cronograma y fui a distintos canales. Cuando llegué a Univisión con mi tío, vi que las puertas estaban literalmente abiertas. Me bajé y entré como Pedro por mi casa, saludando a todo el mundo. Me encontré con un guardia de seguridad que medía casi el doble que yo y una señorita que estaba pasando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, me detuvo y me dijo: “Si quieres dame tu hoja de vida y yo se lo entrego a la reclutadora.”

Pasaron un par de semanas y recibí un correo electrónico donde me dicen: “Hola, Sebastián, vimos tu hoja de vida y estamos interesados en hacerte una entrevista.” Estaba ahí con mi mamá que me estaba visitando y nos abrazamos, nos pusimos muy contentos.

SuministradaEquipo Univisión Fresno, California.

Ganador de un premio Emmy y tres Golden Mike

Los Golden Mike son otorgados por la Asociación de Noticias de Radio y Televisión del Sur de California. Es un premio que reconoce la excelencia al periodismo de la región. Tuve la oportunidad de ganar tres premios: uno de forma individual en una historia que hice junto con un camarógrafo sobre una boxeadora del Valle Central, un talento del Valle como la nominamos, y otras dos en nominaciones en equipo.

Después tuvimos dos nominaciones a los premios Emmys, que premian la excelencia en la industria de la televisión. Personalmente hice una historia de un sacerdote que hace ejercicio, entonces el título es “Fortaleciendo la fe” porque él fortalece la fe de sus feligreses, pero también invita a fortalecer el cuerpo.

Y otra historia en equipo sobre tesoros naturales, un contenido largo en formato en español que hicimos sobre los tesoros que tenemos aquí en nuestro Valle Central de California como los parques nacionales. Fue un trabajo que duró 6 meses.

El periodismo deportivo en su vida

El deporte me sigue encantando, pero desde que estoy en Univisión en el mundo de las noticias en general, me está encantando también. He tenido la oportunidad de presentar el noticiero, son cosas que he venido obteniendo en mi corta experiencia.

Mi jefa me ayuda mucho a hacer ese tipo de historias. Ese nombre de “Talentos del Valle” surgió porque aquí en el Valle Central de California hay muchos deportistas que han llegado a nivel de olímpicos, que han llegado a los grandes equipos del Major League Baseball. Ya es una realidad y lo tenemos en el noticiero todos los viernes a las 11 de la noche.

Todavía es una posibilidad muy grande para mí enfocarme en el deporte porque sí es lo que más me apasiona. Ganarme un premio en eso fue como: hay muchas opciones para poder seguir soñando en grande y trabajar duro para llegar hasta donde quisiera algún día.

SuministradaEquipo de Noticias Univisión 21.

¿Mayor sueño?

Lo primero que se me viene a la mente es estar presente en el primer partido del Mundial de Venezuela trabajando como periodista. Ese es mi sueño profesional. Más allá de ser comentarista deportivo, creo que eso sería un sueño gigante que inmortalizaría para mi memoria y para mi vida.

Quisiera que el primer partido donde juegue Venezuela en un mundial esté yo ahí trabajando. Porque sí, a pesar de que tengo la doble nacionalidad, soy más partidario del Vinotinto.

SuministradaSebastián Noriega, periodista y presentador de Univisión 21.

Un mensaje para los soñadores…

“Estos premios realmente que he ganado son solo un recordatorio para mí y todas las personas que son migrantes o que tienen sueños que los pueden lograr. Pueden aspirar a ellos, hay que seguir soñando en grande y trabajar muy duro. No es un proceso lineal, es un proceso de muchas subidas y bajadas, pero creo que la clave es enfocarse en su meta y rodearse de personas que de verdad lo nutran a uno.”