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En una noche como hoy un 14 de noviembre iluminada por la luz de las estrellas y la luna llegaste a nuestro dulce hogar, colmándolo de alegría, bendiciones y de amor. Te convertiste en el príncipe, el primogénito ideal de nuestro vivir. Poco a poco creciste y con el tiempo fuiste un joven profesional con valores, virtudes y muy servicial. Pero el destino hizo lo contrario, sin saber que el señor preparaba la partida de su ángel dejando en el desconsuelo a todos sus seres queridos, especialmente esta madre que día a día con la resignación en su corazón, recuerda a su hijo con el amor inmortal de volverlo a ver en el siguiente camino. Juanky: eres la luz que guía mi camino, eres mi fortaleza, mi amparo y mi protección, te amaré hasta el último instante de mi vida y te llevo siempre en mi corazón porque eres el timón que empuja mi pobre embarcación. Te amamos hijo mio, descansa en paz. Recuerdo de tus padres , hermanas, sobrinos, amigos y demás familiares.