El Heraldo
Enrique Jadad enfatiza que “la Odontología es mucho más que implantes, resinas y blanqueamientos”. Cortesía
Salud

Una relación tan íntima como mortal: Alzheimer y enfermedad periodontal

Los investigadores sugieren que la infección cerebral por P. gingivalis no se genera por un deficiente manejo de la salud oral después del inicio de la demencia.

Los daños causados a nivel cerebral por la presencia de la bacteria Porphyromonas gingivalis no son el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia, sino un evento temprano que puede asociarse con la patología bucoperiodontal antes de presentarse el daño cerebral.

Quiero iniciar este artículo con esta pregunta: ¿Es posible que la causa de la enfermedad de Alzheimer sea una infección bucal tan común como la periodontitis? 

Muchos le apuestan estar a la mal llamada ‘moda’ sin importar las consecuencias que ello conlleva y que en ocasiones puede afectar de manera grave la salud. Es por ello que el odontólogo  Enrique Jadad, especialista en rehabilitación oral, investigador y conferencista internacional, sigue haciendo un fuerte llamado a quienes de manera irresponsable realizan o se ‘realizan’, los diseños de sonrisa, ya que esto no es más que un problema que afecta a la población en general. 

Recientemente y luego de leer varias investigaciones ya hechas, empezó a escribir y alertar sobre otro mal que afecta a la humanidad, se trata de la enfermedad periodontal que se asocia directamente con el Alzheimer. Luego de revisar varios artículos publicados en revistas y sitios web se pudo evidenciar la forma en que funcionan los mecanismos con los que las  porphyromonas gingivalis, el patógeno más asociado con la periodontitis, podría ser el responsable en la aparición de esta enfermedad, que está catalogada entre las cinco causas de muerte que más se presentan a nivel orbital.

“En todos los artículos que leía se concluía lo mismo, que la enfermedad periodontal y la enfermedad de alzheimer estaban relacionadas y que el hallazgo principal era una toxina liberada por las bacterias porphyromona gingivalis, ese veneno se llama gingipaína y la única bacteria que produce eso se llama porphyromona gingivalis y es la que está asociada a la enfermedad de las encías”, afirmó el profesional a este medio.

Señaló, además, que a raíz de este hallazgo, no descubierto por él, pero sí quien se tomó la tarea de organizar la información que se encontraba en varios sitios y revistas de salud, escribió un artículo y de ahí otro más en compañía, sobre las posibles curas o desarrollos que ahora mismo se estudian en el mundo para encontrar la vacuna contra el alzhaimer y están cerca, pues para ello trabajan en Australia, Europa y Estados Unidos.

Por muchos años, se ha sospechado sobre la relación entre enfermedad periodontal y el Alzheimer, pero recientemente se han encontrado nuevas evidencias que le brindan un respaldo bastante importante a esta teoría. Un artículo publicado recientemente por la revista científica “Science Advances” presenta estudios de laboratorio y clínicos que nos muestran cómo funcionan los mecanismos con los que la Porphyromonas gingivalis, el patógeno más asociado con la periodontitis, podría ser el responsable de la aparición de la enfermedad de Alzheimer. 

La periodontitis es una enfermedad inflamatoria, de etiología infecciosa (causada por bacterias), que afecta los tejidos de soporte dentario, provocando su destrucción y, en ausencia de tratamiento, la pérdida de los dientes. Por su parte, las causas de la enfermedad de Alzheimer siguen siendo un misterio para la medicina; esta enfermedad ocasiona un gran número de casos de demencia a nivel orbital, sin que se le haya podido atribuir una causa probada y puntual. A medida que la población envejece, la enfermedad de Alzheimer ha ido incrementándose exponencialmente, hasta el punto de convertirse en la quinta causa de muerte reportada a nivel mundial. 

La posible asociación entre periodontitis y enfermedad de Alzheimer, planteada desde hace muchos años, podría decirse que es de doble vía: por un lado, se puede percibir que el deterioro cognitivo progresivo de los pacientes afectados limitaría sus hábitos de higiene oral, con el subsecuente desarrollo de enfermedades periodontales; y, por otro lado, al presentarse un proceso inmuno-inflamatorio crónico y la inflamación sistémica secundaria a la periodontitis, se podrían inducir fenómenos neuro-inflamatorios que favorecieran el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

La Porphyromona gingivalis es una bacteria anaerobia cuyos principales factores de patogenicidad son las enzimas proteolíticas llamadas gingipaínas, enzimas que son esenciales para su supervivencia y patogenicidad, que juegan un papel esencial en la colonización, la inactivación de las defensas, la adquisición de hierro y nutrientes a través de la destrucción de los tejidos del organismo huésped. 

Desde hace varios años, investigadores de varios países habían descubierto que la bacteria Porphyromonas gingivalis invade el cerebro de ratones con infecciones de las encías, agregando en este nuevo estudio la demostración de que las gingipaínas bloquean la proteína tau, lo que les permite degenerar y matar neuronas hasta causar demencia.

Se ha visto la presencia de bacterias asociadas a la enfermedad gingival en los exámenes postmortem de cerebros de los pacientes con Alzheimer, que además han mostrado grados variables de neuroinflamación, pero hasta ahora, no estaba claro si estas bacterias causaban la enfermedad o penetraban secundariamente a causa del daño cerebral existente.

Estas bacterias y sus enzimas se encontraron en niveles más altos en aquellos pacientes que habían experimentado un mayor deterioro cognitivo y que presentaban acumulaciones de amiloide y tau. El equipo también encontró la bacteria en el líquido cefalorraquídeo de personas con Alzheimer.

Los investigadores sugieren que la infección cerebral por P. gingivalis no se genera por un deficiente manejo de la salud oral después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino que es un evento de aparición temprana que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro mental.

En todas las los investigaciones que relacionan la enfermedad periodontal con la enfermedad de Alzheimer se maneja la hipótesis que la infección por Porphiromonas gingivalis actúa en la patogénesis del Alzheimer a través de la secreción de gingipaínas para promover el daño neuronal, encontraron que la reactividad inmunológica de la gingipaína en cerebros con Alzheimer fue significativamente más elevada, comparativamente con los cerebros de individuos sin Alzheimer. 

Todos estos descubrimientos con base en la patogénesis de las Porphiromonas gingivalis y la presencia de la enfermedad de Alzheimer han llevado a un equipo de investigadores en Melbourne, Australia, a trabajar incansablemente en el desarrollo de una vacuna contra esta bacteria, desde 2018. El desarrollo de una vacuna sería un gran aporte a la ciencia y a la salud, dado que se podría prevenir o por lo menos detener esta mortal enfermedad, lo que se traduciría en un adelanto a nivel mundial. 

Diseño 

“Menos es más”

Enrique Jadad en cada una de sus conferencias ha llevado una frase muy importante, que es: “Cuando menos es más”, esto dice mucho, pues invita a hacer lo menos posible a los pacientes, que sepan que los diseños de sonrisa, los implantes, restauraciones o cualquier procedimiento en boca puede traer como efecto colateral la presencia de enfermedad periodontal, es algo concomitante, por ejemplo, “tú pones una carilla en resina, esta a corto o mediano plazo genera inflamación de  las encías y se genera gingivitis, no la cuidas, posteriormente aparece la enfermedad periodontal y después de esto muy seguramente la enfermedad de Alzheimer”. EJB

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