Junior sigue aferrado a la vida en la Liga… con respirador artificial, pero sigue vivo. Esta noche venció con autoridad 2-1 a Millonarios, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en el juego aplazado de la fecha 15 del rentado local. Los tantos del triunfo fueron obra de Vladimir Hernández y Michael Rangel.
Aunque la clasificación parezca más una utopía que una realidad, Junior no se rinde. La muestra futbolística del equipo rojiblanco ante Millonarios así lo reafirma. Fue, quizá, una de las mejores -o la mejor- presentación del ‘Tiburón’ en lo que va del semestre -junto a los dos partidos contra el Medellín en los cuartos de final de la Copa Águila-, con fútbol, intensidad, presión, ganas y coraje.
Pero llegó tarde, ya cuando la ilusión se apaga y las opciones de clasificación se desvanecen. Junior recobró, por un lapsus de 90 minutos, la memoria futbolística, esa que lo ha llevado a ser protagonista en los últimos torneos de Liga, accediendo a dos finales.
Esta noche fueron más que su rival, un Millonarios que se vio sorprendido por la intensidad que propuso el rival. Quizá esperaban encontrarse otro marco, un local apagado, desmotivado, con la soga al cuello. Los embajadores pecaron de exceso de confianza y se estrellaron, al punto de complicar sus opciones de clasificación también.
Junior encontró premio temprano, con un tanto de Vladimir, que dejó retratada a la ingenua defensa albiazul. Un disparo débil, que se paseó por el área y sorprendió al arquero Vikonis.
Millonarios se aferraba solo a la habilidad y potencia de Ayron del Valle. El bolivarense no necesitó que su equipo jugara un gran partido para igualar las acciones, aprovechando el único error de la defensa rojiblanca en la primera parte. El atacante capturó un rebote y, con el arquero vencido, definió de media vuelta. Pero Junior no se amilanó. Por el contrario, apretó nuevamente el acelerador, liderado por James Sánchez, la brújula en el mediocampo.
Y de tanto tocar y tocar llegó el tanto que volvió a poner en ventaja al ‘Tiburón’. Esta vez fue Rangel, un exMillonarios, el que aprovechó una gran acción colectiva, para vencer la resistencia de Vikonis con un fuerte derechazo.
La segunda parte mostró una contienda más pareja. Millonarios apretó, pero Junior aguantó la presión. Fue un toma y dame interesante, que no dejó más réditos en el marcador por la falta de eficacia de ambos equipos. Junior le ganó bien al cuadro embajador, que terminó con 10 hombres, tras la expulsión de Pedro Franco, y sigue respirando. La clasificación aún es una utopía, pero los tiburones se aferran a esa leve -¡muyyy... pero muyyy leve!- luz de esperanza.



















