Entrar al salón de baile Don Quijote del ballet de Barranquilla es respirar automáticamente sofisticación y elegancia. Con sus pisos demarcados para la ubicación de cada integrante y con grandes espejos que permiten admirar la delicadeza de cada movimiento, las chicas están listas para iniciar la clase.
La danza clásica o académica, como es reconocido el ballet, más allá de su precisión en los refinados movimientos que se admiran en los bailarines también puede convertirse en una excelente técnica para ejercitar el cuerpo humano, así lo confirma Jorge Arnedo, administrador de empresas, gestor y empresario cultural, y director del Ballet de Barranquilla.
'Aprender ballet se traduce en bienestar físico, emocional y espiritual porque es un arte que trasciende y lleva a tener un cuerpo fornido, saludable, lleno de fortaleza y vitalidad, con el que el cuerpo adquiere toda la libertad para moverse'.
Aunque la danza ha sido marcada en la sociedad apta para ser practicada solo por niñas o jóvenes esbeltas y delgadas, Jorge explica que es una posición que está completamente revaluada, por eso en su escuela ya no solo hay clases para niñas y jóvenes, sino también para mujeres adultas que más que convertirse en bailarinas profesionales quieren tomar esta técnica como una actividad para recrearse, divertirse y ejercitarse.
'Hay una nueva tendencia de formación de bailarines, donde no hay la necesidad de determinar edades. Una opción es para convertirse en bailarín profesional de ballet y está la opción para quienes quieren aprender y fortalecer su cuerpo con esta danza. Simplemente necesitará de un trabajo más fuerte para moldear sus articulaciones, pero es algo muy relativo'.