Compartir:

Algunos de los trabajadores del Hospital de Maternidad Rafael Calvo de Cartagena han sido víctimas del rechazo social por parte de quienes aseguran que los pueden contagiar por la pandemia del coronavirus.

La enfermera Damaris Carmona sostiene que además de la crítica situación laboral del personal vinculado a clínicas y hospitales que trabajan 'con las uñas' y que les adeudan meses de salarios, ahora sienten temor por las agresiones que reciben quienes están dedicados a salvar vidas.

'Muchos de mis compañeros tienen problemas con el transporte, no los quieren llevan o abusan con las tarifas para que no se suban a los taxis. Y ni hablar de los buses, los miran mal', asegura.

En otra de las instituciones prestadoras de salud de la capital de Bolívar, que reporta el mayor número de casos positivos de la región Caribe con 39, una de las médicos se queja de que ayer miércoles volvió a tener problemas para que un taxi la condujera desde el barrio Manga, donde vive, hasta la ESE Cartagena de Indias.

'Llevaba puesto el traje especial antifluido porque venía para el trabajo, saqué la mano tres veces a los taxis y no me paraban, pero finalmente logré embarcarme', asegura la joven de 26 años oriunda de Magangué (Bolívar).

José Guardo, de la oficina de comunicaciones del Hospital Universitario del Caribe, informó que para evitar ser víctimas de discriminación, se les pidió al personal que no portaran el uniforme en la calle. 'Primero, para evitar que lleguen a casa y pongan en riesgo la salud de sus familiares, pero sobre todo, para que no los agredan', dice.

La situación ha llegado a tal punto que desde hace dos semanas, tanto la Clínica Rafael Calvo como el Universitario dispusieron de buses para trasladar a sus trabajadores a la salida de sus turnos. Igual medida tomaron la Gobernación de Sucre y la Alcaldía de Sincelejo.

En otras ciudades como Bogotá, Transmilenio habilitó rutas preferenciales para quienes visten el uniforme blanco, tras las contínuas quejas contra conductores de buses que se niegan a movilizarlos.

Cristian Botache, un médico de Cali, dijo a través de Noticias Caracol que fue expulsado de un conjunto de apartamentos al que se había mudado recientemente. 'Piensan que alguien que trabaje en un hospital no debe vivir en el mismo edificio donde ellos viven', dijo.

Una situación parecida le ocurrió al auxiliar de enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos Meintegral del Hospital Regional del Líbano (Tolima), que en entrevista con la agencia Efe declaró que el domingo pasado le negaron al acceso a un supermercado.

Para el médico Alejandro Páez Ayubi, representante de los trabajadores sanitarios de la ESE Cartagena de Indias, esto es el reflejo de la crítica situación del personal vinculado al sector salud del país, panorama que empeoró con la llegada de la pandemia .

Critica la falta de consciencia de los ciudadanos, que en el caso de Cartagena han tomado la cuarentena de una forma 'folclórica'. 'Esos que siguen jugando dominó en las calles están en riesgo por la pandemia, pero además exponen a sus familias y de paso, a los médicos que sin los mínimas elementos de bioseguridad deben atender los casos de COVID-19'.

Para Pérez, a lo anterior hay que agregarle el hecho de que un alto porcentaje del personal de salud tiene otros riesgos. 'Estamos en edades que nos hace más vulnerables, tenemos otras patologías que hacen que nuestra integridad física esté en vilo. Nos consideran héroes, pero no somos martires', asegura.

También se refiere a las agresiones y discriminación social del que son víctimas. 'Por las noches nos aplauden, pero al día siguiente nos desalojan de las casas porque creen que los vamos a contagiar'.