
María Zabala pidió en Cuba condonar deuda de víctimas
La líder campesina viajó a Cuba para reunión con negociadores de paz.
María Zabala, la misma mujer a quien en septiembre de 2013 el presidente, Juan Manuel Santos, pidió permiso para inspirar en su nombre el discurso ante la asamblea de la ONU en New York y quien perdió a su esposo y a un hijo en una matanza ordenada por la Casa Castaño en 1988, representó a las víctimas de Córdoba durante el cierre del ciclo 30 de los diálogos de paz en La Habana.
Aunque la petición generalizada de las víctimas tuvo que ver con mayores garantías de seguridad, Zabala fue más específica con el tema de la devolución de las tierras que les fueron arrebatadas a los campesinos por grupos ilegales.
“Yo no escribo porque tengo la realidad nuestra en la cabeza. Llevé tierra en un recipiente de cerámica, la regué a medida que iba diciendo: la tierra es la vida para los campesinos y no debe estar en las manos de pocos”, indicó.
Pide condonación de deuda. Insistió en la condonación del 30% de una deuda que centenares de familias de Valle Encantado, Nuevo Horizonte, Las Palomas, El Quindío, zona rural de Montería, así como en el bajo, alto y medio Sinú, tiene con el Estado hace 17 años, cuando, a través del antiguo Incora les entregaron parcelas y fincas que no pudieron explotar por la violencia. “Esa deuda no es nuestra porque desde que nos desplazaron perdimos las tierras”, indicó.
EN VALLE ENCANTADO. 128 mujeres desplazadas de Valle Encantado, regresaron hace pocos años, después del desplazamiento masivo y luego que varias perdieran a sus maridos a manos de los grupos ilegales.
“Si permanecemos allí es porque nos atrevemos a creer que en medio del conflicto se puede hacer paz”, sostuvo.
Su tragedia. El 14 de diciembre de 1988 María Zabala fue testigo de una masacre en la vereda San Rafaelito, del corregimiento Martinica, Montería, en la que cayó su esposo Antonio Polo, su hijo Jorge Polo, un tío de su marido de nombre Emiliano Hernández con su hijo Prisciliano.
Los paras del clan Castaño conformado por los hermanos José Vicente, Carlos y Fidel, llegaron además con la orden de incinerar varias viviendas.