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Mientras los colombianos celebrábamos este 20 de Julio el aniversario 203 del grito de Independencia apreciando el soberbio acto de “Colombia, país de carnavales”, transmitido nacionalmente desde nuestra Plaza de la Paz, el presidente de la República Juan Manuel Santos instalaba formalmente las sesiones del Congreso en su segundo período desarrollando un discurso en el que reafirmaba a la paz como el bien supremo y objetivo principal de su gobierno.

Luego de ese discurso pacificador del presidente Santos y de la instalación oficial de las sesiones ordinarias en su segundo período, los parlamentarios a través del presidente saliente del Senado, Roy Barrera, expresaron su respaldo al proceso de Paz y se autoproclamaron como “El Congreso de la paz”.

No obstante ,en la realidad nacional se observa que la ferviente intención de paz del mandatario Santos, demostrada especialmente en los avances en las negociaciones que sostiene con las Farc en territorio cubano, contrasta con las manifestaciones y actos de violencia que mantienen incendiada desde diferentes frentes la atmosfera nacional y que los congresistas, con su influyente liderazgo en las regiones, tienen también que ayudar a conjurar.

Entre ellas: la extensión de las protestas en el Catatumbo y del paro minero que están por salirse de control, el paralelo accionar de las bandas criminales a nivel nacional, la violenta celebración del 20 de julio en Arauca y Caquetá en donde murieron unos 21 militares y la espada de Damocles que representa el anunciado paro agrario nacional programada para el 19 de agosto en el que participarían camioneros, arroceros, paperos, cafeteros, cacaoteros, etc.

En tal sentido pacificador y conciliador los honorables parlamentarios eligieron la mesa directiva del Senado 2013-2014 y escogieron como su presidente al cucuteño Luis Fernando Cristo; como primer vicepresidente a Carlos Emiro Barriga y como segundo vicepresidente al cesarense Félix José Valera. Por su parte la Cámara de Representantes eligió como su presidente al caldense Hernán Penagos, como primer vicepresidente al antioqueño Germán Blanco y al segundo vicepresidente el magdalenense Roberto Herrera.

De más está decir que esas mesas directivas han sido bien recibidas a nivel nacional por la trayectoria conciliadora de los congresistas escogidos, pero en especial porque siempre se han distinguido por ser proponentes de importantes proyectos y activos participantes en debates acerca de problemáticas que afectan a la nación en los temas de Ley de víctimas, vías, salud, Justicia, educación. A su vez la región Caribe se siente bien representada con los dos congresistas costeños incluidos en dichas mesas directivas.

Se considera que son arduas las tareas que les espera a los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes en este segundo período. Les corresponderá nada menos que debatir y legislar acerca de trascendentales y, a la vez, controvertidos temas nacionales como la Ley ordinaria de la reforma de la salud, la urgentísima reforma al Código Penitenciario, la Ley ordinaria para reglamentar la nueva justicia penal militar, la Ley estatutaria de paz, la ley de infraestructura, la Ley que dé seguridad jurídica en compra de terrenos baldios. Así mismo quedan pendientes analizar y legislar la eliminación del cargo fijo en las facturas de servicios públicos, los proyectos para incrementar penas a maltratadores de mujeres, violadores de niños y a irresponsables conductores ebrios, etc.

Ante la crítica situación que está viviendo el país se requiere que en el nuevo período, como bien lo advirtió el nuevo presidente del Senado Luis Fernando Cristo, exista un Congreso con más debate y menos discusión de las cuotas para así modificar su imagen ante el país de ser considerado, al lado de los partidos políticos, como uno de los entes institucionales más corruptos según las encuestas de la ONG Transparencia Internacional.