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“La mosca se atrapa con miel, no con hiel”. En una ocasión esta frase se la escuché a una amiga en cuanto a cómo alguien pretendía conquistar sus amores, y yo la he tomado como referencia para decir: la paloma se atrapa con el silencio, no con ruidos.

La paz, que tanto anhelamos los colombianos de bien, y que, sin dudarlo, somos la inmensa mayoría, parece por momentos que el ruido de las armas y los discursos fuera de contexto se encargaran de alejarla.

Por un lado, las Farc haciendo alarde de que no están diezmadas y menos desmoralizadas; por otro, un general del Ejército sacando pecho y diciendo que el conflicto se acaba por las buenas o por las malas, y algunos tribunos que desde su disidencia no hacen más que ahondar las brechas entre la opinión con expresiones inoportunas y reprochables en momentos en que se necesita moderación y tacto en el manejo de la expresión de criterios y manejo del discernimiento, y hasta de estados de ánimos para que esa paloma no vuele más lejos de lo que aparenta estar.

Si en todos y cada uno de los corazones colombianos se hiciera un lugar para que esa paloma anide, seguramente podríamos en breve gozar a plenitud de esa bendición que algunos malos hijos de la patria se han encargado en mantener revoloteando y que no dejan posar en ninguna parte.

Solo faltaría esperar que la paloma anide y los azores de la corrupción no la continúen persiguiendo. Una cosa es la paz y otra las acciones de quienes, en adelante, manejen el destino de nuestra querida Colombia.

Por Ulises R. Rico Olivero
Tel. 3029379 Barranquilla
uliricol93@hotmail.com