Así como el inmortal compositor y poeta guajiro Leandro Díaz tuvo su Diosa coronada, el magisterio y renovación magisterial tiene –con mucho honor– la suya; es la seño Astrid Ortiz Castillo, una gran mujer, guapachosa, super alegre, servicial, combativa por un trabajo digno para todos; amiga de sus amigos, como ella se vanagloria, “jamás se la he aplicado a nadie”, porque su más preciado valor es la lealtad. Los leales tienen un alto sentido de compromiso y ello les permite ser constantes en sus afectos y cumplidores de su palabra. De carácter espontáneo, solo le falta decir ¡Azúcar!, grito que identificó a la Guarachera de Cuba Celia Cruz, su máxima inspiración musical.
Su trasegar educativo lo inició en la Escuela Normal de Baranoa, siendo su alcalde Rodrigo Martínez, hace más de 35 años, donde se dedicó con mucho empeño a sacar adelante a miles de niños y jóvenes que no tenían oportunidad de estudiar. Su apoyo fue la doctora Judith de Mindiola –por la cual siente una profunda gratitud–, quien en virtud de su situación económica, pero con un inmenso deseo por salir adelante a través del estudio, poner lo aprendido al servicio de las generaciones de muchachos, le otorgó una beca en el colegio Americano. Otro pilar de apoyo económico fue Margarita del Toro, directora de la escuela de Baranoa, quien le consiguió dictar clases a domicilio.
Con esos dos impulsos combinó el trabajo y el estudio. Difícil para esa época, debido a que se había casado con su único y verdadero amor, el cual es hoy su esposo y amante. Logró sacar adelante su título de Licenciada en Básica Primaria con énfasis en matemática. Enseña en la Institución Educativa 1 de Mayo, de Soledad, donde se destaca por el liderazgo, treinta años al lado del grupo de Adolfo Quintín Martínez y activista de Adea. Los seres queridos, los amigos sinceros, la pareja amorosa con la que comparte la vida, la institución en la que trabaja y el país en el que sueña que haya un cambio se cuentan entre lo más importante. Es una mujer espléndida, ejemplo para la mujer de ayer y de hoy.
Es una descortesía insinuar o revelar la edad de una mujer, pero la seño Astrid está por encima del bien y del mal, el 16 de agosto cumple 63 años, próxima a su retiro forzoso , lo celebrará rodeada del cariño de Reinaldo Duncan, su eterno esposo; su hermosa hija y compañeros, vecinos y familiares. ¡Feliz cumpleaños, seño Astrid!
Víctor Manuel Turizo Caamaño.
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