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El embarazo precoz es uno de los objetivos que el gobierno de Colombia tiene pendiente como país en vía de crecimiento. Es una realidad que podemos palpar a diario en las calles de nuestra ciudad, viendo chicas menores de 15 años con un abdomen protuberante, vestidas de tal forma que te lleva a deducir… que está embarazada.

Desde cualquier punto de vista ciudadano, es un evento de la vida de lo más normal que le puede suceder a cualquier mujer que esté en facultad de quedar embarazada, pero desde el punto de vista económico, esto es, sin duda alguna, un punto negativo para un país en vías de desarrollo (vuelvo a recalcar). Esto conlleva a situaciones muy difíciles a la mujer y sobre todo a la mujer adolescente.

Las conclusiones que podemos descifrar de este acontecimiento son muy desalentadoras desde cualquier punto de vista, y una de las consecuencias de esto es que las chicas que se convierten en madres a muy temprana edad desertan del colegio de manera definitiva, lo cual genera madres adolescentes con menor nivel de capacitación, y junto con esto las aspiraciones a un empleo con buena remuneración y seguridad social para brindar un bienestar a su primogénito. Debemos tener pendiente que la mayoría de la población del país es joven, una parte de la población muy a tener en cuenta porque las madres jóvenes con hijos, o embarazadas, son un factor alto de incidencia de pobreza dentro del país.

Porque cada vez tendremos ciudadanos menos capacitados para las ofertas de empleos que puedan existir, generando empleos informales, que es mucho mayor con un 60 % de participación dentro de la economía colombiana, que la de los empleados formales, con un 40 %, generando menos ingresos al gobierno y por ende menos dinero para inversión.

He podido hacer el análisis de esta situación de la ciudad viendo muy a menudo (por donde quiera que vaya) a estas niñas, que todavía se les nota en sus caras la ingenuidad de la edad. Y la clausura que tengo para esto es muy acorde con lo que piensa el premio Nobel de Economía Christopher Pissarides: “Hay que unir más gente a la fuerza laboral y eso se logra con más educación y capacitación para aumentar la productividad”. Sí, hay que unir más gente, más capacitada, a la fuerza laboral para aumentar la productividad, y no aumentar la productividad de reproducción porque se volvería un círculo vicioso que con el tiempo iría creciendo.

Viannys Herrera Ortega

Investigadora y estudiante de Economía, Universidad del Norte

Vianher1191@hotmail.com

marionelpa@hotmail.com