El Heraldo
Salud

Con los adolescentes hay que hablar claro sobre la sexualidad

"Ningún adolescente está preparado para las consecuencias de no utilizar un método anticonceptivo.

Según los últimos datos de embarazos adolescentes, el departamento del Atlántico presenta las cifras más altas del país. En el 2010, el 19,5% de las adolescentes estaban o habían estado embarazadas; el 64% eran embarazos no planeados.

A nivel nacional, para el año 2012, un total de 4.697 niñas colombianas menores de 14 años fueron madres en los primeros nueve meses del año, de acuerdo con las estadísticas oficiales del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Aunque en 2005, el país se había propuesto reducir el porcentaje de embarazos adolescentes —la meta era mantenerlo por debajo del 15%—, para el 2012 el porcentaje se ubicó en el 23,5%.

Una de las razones de esta situación está relacionada con el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales de los jóvenes.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS 2010), el 13% de las menores de 20 años tiene su primera relación sexual antes de cumplir los 15 años de edad; ocurre más temprano en las mujeres sin educación (15,8 años) y en aquellas que viven en áreas rurales (17,5 años), que en aquellas que tienen educación superior (18,9 años) o viven en zonas urbanas (18,5 años).

Mayra Torres Suárez, psicóloga del Hospital Universidad del Norte, explica que en la actualidad los niños cuentan con poca y deficiente educación sexual, pues solo se basa en la cuestión anatómica (diferencias entre el hombre y la mujer). Asimismo, a la hora de hablarles de relaciones sexuales se hace solo desde la posibilidad de enfermar, y se enfoca en temas de protección y anticoncepción.
“No sirve brindar a los chicos clases aisladas y esporádicas sobre el tema, es necesario sostener la educación sexual como una parte más del aprendizaje para la vida”, señala Torres. Las estadísticas actuales revelan datos sobre la ineficacia de la educación sexual en los colombianos.

Los padres frente a la sexualidad de sus hijos. La sexualidad forma parte del ser humano desde su concepción, y evoluciona a lo largo de la vida, condicionado por el entorno social. En la actualidad la sexualidad en los adolescentes y jóvenes está mediatizada por la televisión, cine y la publicidad; y se enfoca en su mayoría hacia el acto sexual.

Por lo general, tanto los padres como los docentes escolares tienen muchos tabúes sobre el tema de la sexualidad. La mayoría de las veces surge una negativa a permitir que los hijos reciban educación sexual por parte de profesionales de la educación.

“La situación puede cambiar si aprendemos a hablar claro de la sexualidad. Esta claridad ayudaría a que los niños crezcan sabiendo que esta es un complemento del amor y no un juego para pasar ratos de aburrimiento o para probar que se es grande o se domina al otro. Hablando claro, a tiempo y enfrentando el tema con la naturalidad que le corresponde, evitaremos que se enfrenten a la sexualidad cuando ya la parte genital es ejercida y cuando el torrente de hormonas es más fuerte que la razón”, explica la especialista.

Como padres se debe tomar la vocería para informar sobre la sexualidad a los hijos, lo cual ayudaría a los adolescentes a no iniciar su vida sexual–genital llevados por el placer que esto les produce, con la desinformación que sus otros iguales les trasmiten.
Informar sobre la sexualidad no sólo no induce a la práctica sexual (como está reconocido por la propia Organización Mundial de la Salud) sino que potencia la reflexión y el análisis anticipatorio, lo que evita el predominio de la acción irreflexiva sobre el pensamiento lógico.

Si nos limitamos a hacer una educación sexual centrada en lo exclusivamente biológico estaremos negando la posibilidad de construir una personalidad sana y de modificar aquellas ideas que, en muchos casos, están cargadas de prejuicios e impregnadas de estereotipos sexistas. En todo momento, de una u otra manera, estamos haciendo educación sexual, puesto que esta hace parte del ser humano desde sus etapas primarias.

Hacia una sexualidad responsable. Ser responsable sexualmente significa algo más que utilizar un método anticonceptivo. Se requiere amor, deseo y plena conciencia de las consecuencias que implica el hecho de mantener conductas sexuales de riesgo, como mantener relaciones íntimas sin protección o descuidar la propia sexualidad al no tener conductas de autocuidado del cuerpo en sus diversas áreas física, emocional, espiritual y social.

“Más que tratar que los jóvenes se abstengan de tener relaciones sexuales, es lograr desarrollar conciencia y pleno conocimiento en niños, jóvenes y adultos frente a los riesgos que se pueden generar si descuidamos esta área, que van desde embarazos no deseados hasta graves enfermedades sexuales”, explica la psicóloga.
En el Atlántico, sólo un 6% de las mujeres en unión utiliza el condón en sus relaciones sexuales, lo anterior significa que un 94% no toma ningún tipo de precaución contra las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/Sida. Asimismo, el 49% de las mujeres del departamento nunca ha oído hablar del Virus del Papiloma Humano ni conoce cómo se puede prevenir, según datos de la ENDS 2010.

En estas circunstancias es especialmente relevante ocuparse de la situación de los menores, como personas en período de formación y como ciudadanos constructores del futuro. “Es importante incentivar desde la niñez conductas de autocuidado de la salud sexual, partiendo del conocimiento de nuestro cuerpo y estimulando todas aquellas prácticas que van en pro de lograr una reducción de riesgo de contraer una enfermedad que afecte el bienestar y la salud sexual y reproductiva”, dice Torres.

¿Qué hacer para que nuestros hijos tengan una sexualidad adecuada?
1. Hable abiertamente del tema desde edades tempranas, siempre pensando en la capacidad del niño de entender lo que se está diciendo.
2. Hable en términos sencillos, claros y manejables para la edad en que se encuentra el niño.
3. Recuerde que somos seres sexuales, tenemos la capacidad de entender este tema, incluso desde lo instintivo, y mejor aun desde la razón.
4. No permita que otros niños informen a su hijo sobre sexualidad, tan pronto detecte que esto está pasando ofrézcale una explicación coherente y correcta.
5. Permítase sentir cuál es la expectativa de la edad y pregúntele a ellos sobre sus inquietudes al respecto.
6. Hable sobre cada una de las funciones de la sexualidad
7. No haga diferencias entre niños y niñas, todos tenemos los mismos derechos y deberes frente a la sexualidad.
8. Recuerde su propio proceso aislando las razones sociales y culturales que lo rodeaban a usted. Los tiempos cambian pero la sexualidad en el desarrollo humano no.
9. No niegue que su hijo está creciendo y que un día será un adulto. De este modo los valoramos en su proceso y les damos un lugar en donde desarrollarse en confianza.

La responsabilidad sexual incluye
• El conocimiento y entendimiento sobre la
sexualidad y el desarrollo sexual. 
• El respeto por mí mismo/a y por mi pareja. 
• La abstinencia sexual completa y el retraso en
el inicio de las relaciones sexuales. 
• La fidelidad mutua entre una pareja activa sexualmente. 
• Evitar el daño físico y/o emocional a mí mismo
y/o a mi pareja. 
• Asegurar que un embarazo ocurra únicamente cuando
es deseado. 
• Reconocer y entender la diversidad de orientaciones
sexuales dentro de cualquier comunidad

Alianza EL HERALDO- Hospital Universidad del Norte

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