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La producción de aceite crudo de palma superó las 973.000 toneladas (crecimiento superior a 3% respecto a 2011); en contraste, los rendimientos estuvieron por debajo de lo esperado, según Jens Mesa, presidente ejecutivo de Fedepalma, debido varios factores.

En lo anterior influyó la problemática sanitaria y bajos niveles de productividad. Explicó que 'la expansión de la ‘Pudrición del Cogollo (PC)’, perdiéndose más de 30 mil hectáreas y arriesgándose otras 50 mil; más la no recuperación de áreas perdidas en Tumaco, hacen que este sea el objetivo principal de la Federación'.

También, los elevados precios del petróleo que repercutieron en el alza de los fertilizantes; la incorporación de nuevos productores sin adoptar buenas prácticas sectoriales; ausencia de políticas del Gobierno para la renovación de hectáreas erradicadas por PC; caída del precio internacional del aceite de palma (28%).

La revaluación del peso frente al dólar, que incide en la competitividad del aceite colombiano frente a sus sustitutos extranjeros, reduciendo los ingresos para empresas y productos palmeros. En los últimos 12 meses la revaluación alcanzó 7%.

La falta de señales del Gobierno respecto a la política de biocombustibles. La persecución laboral y estigmatización de las cooperativas de trabajo asociado (multas por intermediación laboral superiores a $30 mil millones). El poco avance en infraestructura vial.

Proyecciones. Mesa indicó que 'la producción nacional de fruto y de aceite aumentará a tasas mayores que el crecimiento de la demanda local de biodiésel y de aceites para alimentos y otros usos, creándose excedentes para exportaciones. En 2013, se alcanzarían 1.029.000 de toneladas de producción de aceite, creciendo un 6% frente a 2012'.

Dijo que la crisis de financiamiento en Europa y la recuperación de la economía norteamericana, impactarán sobre el mercado global de aceites vegetales y biodiésel, pero la demanda por estos productos se sostendrá por economías emergentes como India y China.

El comportamiento de la agroindustria dependerá de: control de la PC; los precios y tasa de cambio; mejoras en la productividad; valor de los agroinsumos; crecimiento del mercado interno del aceite para distintos usos, especialmente para biodiésel (Fedepalma propone al Gobierno incrementar la mezcla, para alcanzar 15% en 2015 y 20% en 2020).

Crecimiento de exportaciones, en función de la dinámica del mercado local (abastecido en primer lugar, y los excedentes colocados en el exterior). Control a la ilegalidad e informalidad. Seguridad. Financiamiento para expansión de inversiones. Los acuerdos a que se llegue en negociaciones de paz.

Con la profundización de los programas de desgravación acordados en TLC, se espera mayor competencia de aceites crudos y refinados importados, pero también nuevas oportunidades para exportar aceite y derivados a EU y la UE. Consolidar estas oportunidades requiere una agenda de trabajo público-privada, para acceder a esos mercados. Se proyecta incorporar aceite a industria alimenticia; y con la biomasa del sector, promover proyectos de cogeneración de energía eléctrica.

Por Octavio Vargas
El Reportero del Campo