Su victoria cayó como sorpresa. No ganó el voto popular, pero se hizo con las apuestas del colegio electoral. Donald Trump encontró lo que buscó 'para volver a hacer grande a América', la presidencia de la Estados Unidos en 2016.
El deseo de Donald Trump por alcanzar la cúspide de la Casa Blanca nació el instante en el que Barack Obama se burló de él, o al menos eso señala Tim O'Brien, autor del libro ‘TrumpNation’.
Su figura ha atraído en el tiempo reciente los reflectores mediáticos, lo que aprovecha muy bien. Prometió y se mostró como una figura outsider, es decir, alejado del mundo de la política tradicional.
'Trump entró en un momento interesante de la política de Estados Unidos. Fue una consecuencia del sentir popular, especialmente en aquellos estados claves, como los estados obreros', dijo el profesor de relaciones exteriores de la universidad Sergio Arboleda, Mario Aller.
Para Juan Pino, profesor de la Universidad Javeriana, es importante tener en cuenta que la figura de Donald Trump nace como un 'fenómeno epidérmico'. 'Es importante entender que Trump es un síntoma y no una causa, que es un conflicto que viene desde hace mucho tiempo atrás a partir de esos fenómenos como la caída del Rust Belt (cinturón de acero), la globalización, la liberación del comercio con China, entre otros', precisó el docente Pino.
El profesor de relaciones internacionales en la Universidad del Norte, Horacio Godoy, señala que esta estrategia 'le ha funcionado adentro, aunque afuera no' y destaca que 'ha funcionado porque hay una buena parte de los americanos que siempre han creído que Estados Unidos no debe inmiscuirse en los asuntos internacionales o estar suscrito a acuerdos multilaterales, como el Acuerdo de París. Esto que hizo son conceptos populares en otros sectores'.
Un outsider que se 'escapó' de control
Aunque el relato romántico de un hombre fuera de la política tradicional haya funcionado, según los analistas internacionales, es un tema que se 'escapó de las manos'.
'A él le ha funcionado ese relato de ser un outsider durante la campaña. Lo presentan como un hombre de negocios, alejado de la política tradicional, que ama a su país, pero ese relato se cae cuando observas el día a día de la nación y cuando se observa su gestión', señaló el analista internacional Gabriel Orozco.
Trump se vende a sí mismo como una persona que ha conseguido todo lo que se ha propuesto, algo que se refleja mucho en la toma de decisiones de algunas políticas.
'Se enfrasca en otras cosas, como sus constantes prácticas de golf, que están bien, pero al ser presidente y ser el Jefe de Estado, debe estar al frente de la línea de batalla. Con la gestión de la pandemia no ha sido empático, sino todo lo contrario', dijo Orozco.
El analista agregó que esa actitud de outsider y de lograr siempre lo que busca, 'no le permite llegar a un acuerdo en el Congreso para lograr un paquete mil millonario de estímulos para ayudar a las empresas y a las familias impactadas por los efectos económicos de la pandemia de la Covid-19. Eso le cuesta al país'.
Para el docente español Mario Aller, la figura de alguien fuera del terreno tradicional que proyecta el mandatario 'ya está desfasada' y 'ya no es posible llamarle así, porque ya tiene tres años en la política'.
'Abandone o siga en su despacho de la Oficina Oval, Trump ha cambiado la política estadounidense para siempre', agregó Aller.