Compartir:

El presidente de Bolivia, Evo Morales, renunció ayer desde su cuna política en la región central de Cochabamba después de tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.

'Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales', dijo Morales a través de la televisión, en referencia a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios del 20 de octubre.

La plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio Quemado, la vieja casa de gobierno en La Paz, quedó atestada de gente que celebraba hasta las lágrimas la renuncia de Morales, que gobernó Bolivia casi 14 años, un récord nacional de permanencia en el poder.

'Esta es mi única bandera', gritaba un joven con casco blanco y la cara cubierta, mientras agitaba la tricolor bandera boliviana: rojo, amarillo y verde, mientras un grupo intentaba arriar la ‘whipala’, el símbolo ajedrezado que identifica a las culturas indígenas.

El mandatario boliviano de 60 años enfrentó este domingo una avalancha de renuncias de altos funcionarios, en algunos casos después de que les quemaran sus casas, y la presión decisiva de los militares y la policía, que pidieron su dimisión.

Los resultados de una auditoría de la OEA, que detectó 'serias irregularidades' en las elecciones, tachadas de fraudulentas por la oposición, desencadenaron los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Morales.

'La comisión de la auditoria de la OEA ha tomado una decisión política', declaró Morales por televisión. 'Algunos técnicos de la OEA están al servicio de (...) grupos de poder', agregó.

Golpe de Estado o lección

 Sus dos principales aliados ideológicos en Latinoamérica, Cuba y Venezuela, tildaron de 'golpe de Estado' los acontecimientos de ayer.

'Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente @evoespueblo', escribió en Twitter el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En contraste, el candidato opositor y expresidente Carlos Mesa dijo que los bolivianos habían 'dado una lección al mundo', mientras miles de bolivianos festejaban en las calles de La Paz la dimisión.

A primera hora de la mañana, tras la presentación del informe de la Organización de los Estados Americanos, Morales había convocado a nuevas elecciones, pero la medida no fue suficiente para retener apoyos vitales.

'Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia', dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, el general Williams Kaliman Williams ante la prensa.

En medio de una nueva ola de violencia, decenas de ministros y funcionarios fueron renunciando a sus cargos a lo largo del día.

Inconformes con los anuncios de nuevos comicios, opositores que pedían la renuncia de Morales atacaron la casa del presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, en Potosí (suroeste), que tras lo ocurrido renunció a su cargo.

El ministro de Minería, César Navarro, presentó igualmente su renuncia luego de que su casa, también en Potosí, fuera incendiada por un grupo de opositores. Le siguió la renuncia del ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.