China y la Unión Europea (UE) celebran este jueves en Pekín su cumbre bilateral, cita que coincide con el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas y que estará marcada por las tensiones comerciales, la guerra en Ucrania y desafíos globales como el cambio climático.
Está previsto que el presidente chino, Xi Jinping, reciba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al presidente del Consejo Europeo, António Costa, quienes también mantendrán una reunión con el primer ministro chino, Li Qiang.
Un informe de la consultora Natixis vaticina que la cumbre “terminará sin grandes acuerdos”, lo que marcaría un “quinto año sin diálogo constructivo entre Pekín y Bruselas” que podría interpretarse como una realidad “estructural”, más que “temporal”.
Desequilibrio comercial “insostenible”
Los representantes continentales harán hincapié en una relación “justa y equilibrada” con China, en palabras del Consejo Europeo, que considera “insostenible” el actual desequilibrio comercial.
La Comisión Europea trasladará a Pekín su preocupación por las restricciones al acceso al mercado chino y el uso de las tierras raras como instrumento de presión, después de que China impusiera recientemente requisitos de licencia de exportación para varios de estos elementos.
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Además, persisten fricciones por los aranceles europeos a los vehículos eléctricos chinos y las investigaciones chinas sobre el brandy, la carne de cerdo y los lácteos europeos.
Falta de reciprocidad
La UE está “frustrada por la falta de reciprocidad y acceso al mercado por parte de China, las prácticas discriminatorias contra las empresas europeas y las barreras persistentes a la competencia leal”, indica un informe liderado por la economista jefe de Natixis para Asia-Pacífico, Alicia García-Herrero, que critica además las “injustas” prácticas industriales chinas.
El documento asegura que hay “pocos indicios de que se vaya a producir una reorientación” por parte de la UE hacia China, citando factores como el hecho de que la cumbre se celebre en Pekín en lugar de en Bruselas, como correspondería por turno, ante la negativa de Xi a desplazarse a Europa.
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Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de la UE en China, Jens Eskelund, que participará este jueves en mesas redondas con los funcionarios chinos y europeos, aseguró que hay un “potencial significativo” en las relaciones entre Pekín y Bruselas, aunque apostilló que los beneficios han de “distribuirse de forma justa y equitativa”.
Desavenencias en torno a Ucrania
La UE insistirá en la necesidad de un alto el fuego “pleno, inmediato e incondicional” y en el cese de cualquier apoyo a Rusia, país con el que China ha profundizado sus relaciones desde 2022.
Pekín, que niega haber enviado armamento a Moscú, ha defendido su neutralidad, aunque el canciller chino, Wang Yi, habría asegurado en una visita reciente a Europa que China no desea una derrota rusa ante la posibilidad de un mayor foco estadounidense sobre Asia, según el diario South China Morning Post.
Lucha contra el cambio climático
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, subrayó recientemente en Pekín la voluntad mutua de colaborar en economía circular, mercados de emisiones o políticas hídricas.
Ribera aseguró que tanto China como la UE están de acuerdo en que necesitan transformar sus economías “en sintonía con las agendas medioambientales”, y destacó “avances sustanciales” en este ámbito.
No obstante, Bruselas ha reiterado su preocupación por la sobrecapacidad industrial de China, que, a su juicio, distorsiona los mercados globales.
Los derechos humanos, sobre la mesa
La UE ha expresado su inquietud por las restricciones a las libertades fundamentales en China, mientras que Pekín ha rechazado cualquier injerencia en sus asuntos internos.
Organizaciones como Amnistía Internacional o China Human Rights Defenders aseguraron en una carta que la UE debe pensar “enfoques más contundentes que ayuden a mitigar los ataques de Pekín contra los derechos humanos”, los cuales “perjudican a personas en China, en Europa y en todo el mundo”.