Mujer E Igualdad | EL HERALDO

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Mujer e Igualdad

Relatos de sororidad y liderazgo

En conmemoración del Día de la Mujer, compartimos las historias de 6 líderes que permiten creer que Colombia puede tener un mejor presente para todos.

Personas privadas de la libertad, víctimas de la violencia y otras poblaciones vulnerables son la razón de ser de sus proyectos. Seis mujeres individualmente han emprendido una labor que beneficia directamente o sensibiliza a la sociedad. En esta oportunidad, ellas exaltan su empoderamiento femenino e incursionan en diferentes áreas que contribuyen al proceso de construcción de tejido social.

Con entera disposición salen de su zona de confort. Esforzándose por lograr cambios, en su propio trasegar ellas han descubierto que exteriorizar y trabajar por sus anhelos desde el campo de batalla, las ciudades o sus mismos hogares, es más efectivo que apoyar de lejos causas sociales. Ellas prefieren actuar.

Aun con sus propias batallas internas, sus voces no se quebrantan. Algunas han dejado de lado sus carreras para responder al llamado de su vocación: ayudar al prójimo. Hoy cada una de ellas deja un mensaje.

Johana Bahamón: fe en las segundas oportunidades

En la cárcel encontró su libertad. Su proyecto de vida ha dado la vuelta al mundo y descansar no está dentro de sus planes. Johana Bahamón, retirada de la industria de la actuación, hace más de ocho años creó la Fundación Acción Interna, un proyecto que busca alivianar la estancia de hombres y mujeres en las cárceles buscando que estos sean centros productivos.

“En Fundación Acción Interna considero que encontré mi proyecto de vida apoyando a los demás (…) Creo que hacer algo por otros le da sentido a la vida de uno, eso me pasó”, le cuenta Bahamón a EL HERALDO.

Recuerda la primera vez que entró a la cárcel. Dice que le fue “imposible” ser indiferente ante esa realidad. Luego de frecuentes visitas a la reclusión de mujeres El Buen Pastor de Bogotá, en el 2012 creó un grupo de teatro con el que empezó su vinculación al sector carcelario, que vive una dura “vulneración” de sus derechos.

Destaca que se han obtenido buenos resultados e índices de reincidencias casi nulos en los procesos de resocialización desde que lidera esta iniciativa. La fundación tiene tres líneas de acción: “crecimiento interno, apoyo y rehabilitación de adicciones, y apoyo psicosocial”.

Las expectativas que mantiene con su trabajo son ambiciosas. Reconoce que queda mucho por hacer por esta población que suma más de 120 mil personas privadas de la libertad en el país. “Queremos seguir expandiendo nuestra metodología de intervención a la mayor cantidad de personas posibles, estamos sistematizando este proceso con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para que pueda ser aplicable a nivel global”, dice la empresaria. “Son muchas las enseñanzas que este trabajo ha traído a mi vida, como ser humano, como mamá, como mujer, y creo que uno de los más valiosos aprendizajes es que gracias a la población carcelaria he aprendido a valorar mucho más y a necesitar mucho menos. También he aprendido a valorar las primeras oportunidades, sobre todo por personas que ni siquiera han tenido la primera”.

Su historia la ha hecho recorrer el mundo para llevar su mensaje de las segundas oportunidades “que todos merecemos”. En 2020 su labor la hizo acreedora del premio Mujer Cafam, título que se extenderá hasta el próximo año ya que el formato del 2021 cambió sus reglas por la pandemia.

Jenny De la Torre enaltece el poder de la mujer afro

Proclamada como cartagenera, pero barranquillera de nacimiento, Jenny De la Torre alza su voz por su pueblo. Tiene raíces chocoanas, y desde niña comparte ese sentir por sus afrodescendientes. En su camino ha participado en procesos estudiantiles, comunitarios, locales y urbanos que están relacionados con el tema de género, etnia y negritud.

“En esos procesos siempre lideré la conformación de organizaciones, como la Red de Mujeres Chocoanas, una de mujeres del Pacífico del siglo XX, y fui parte del proceso que derivó en la ley de comunidades negras”, cuenta.

Es abogada y socióloga de profesión. Reconoce que uno de sus “mayores” logros es que ha ocupado altos cargos públicos. Fue la primera directora de Asuntos Étnicos del Ministerio de Cultura.

También fundó en Madrid, España, la Asociación Mujeres del Mundo Anna Perenna, junto a otras mujeres de diferentes países. Desde Colombia, con otras organizaciones trabajó en pro de las comunidades.

En su lucha contra el racismo lideró un ciclo de cine educativo que buscaba construir un pensamiento crítico para destruir este flagelo. A su vez promovía el papel de la mujer negra. Participó también en la formulación de políticas públicas con enfoque de género y mujeres negras.

Además fue ganadora del premio Mujer Cafam en 2018.

Claudia García, empática con la memoria histórica del país

Historias de vida que se tejen entre hilos y agujas fue uno de los motores que le dio el arranque a la Tienda de la Empatía. Este es un proyecto que apoya varios tipos de trabajo. Fue fundado por Claudia García, quien comenzó con obras sociales hace varios años con la Fundación Semana, que ya hoy no existe. La primera labor de García fue en El Salado, corregimiento del Carmen Bolívar, donde adelantó unos planes de apoyo a la comunidad golpeada por la violencia hace más de una década. Más allá de los recursos económicos que requería esta zona, se buscaba resolver problemas tan complejos como el acceso al servicio de agua potable, a las vías terciarias, a la salud y a la educación. Emprendió otras obras sociales después.

Durante la pandemia creó la Tienda de la Empatía junto a su socia, María A. Cabal. La idea inicial fue trabajar con las Tejedoras de Mampuján para que estas hicieran tapabocas con sus tejidos típicos y así comercializarlos. Luego se sumaron otros productos fabricados en los Montes de María, Palenque, San Jacinto, El Salado, Putumayo y otras regiones del país. La tienda online (@latiendadelaempatia en Instagram) ha tenido mucho éxito. “Queremos vender productos a los consumidores directamente sin tantos intermediarios, porque generalmente hay entre 7 y 10 eslabones”. Preocupada por la “abismal brecha” entre las zonas rurales y las ciudades, considera que las mujeres tienen un papel protagónico en las organizaciones para empezar a superarla.

Marinelly: una luz en espacios recónditos

Más que una luz al final del sendero, una nueva vida estaba dispuesta a asumir. La excombatiente Marinelly Hernández está en proceso de reincorporación y en este camino ha tomado la vocería frente a un grupo de más de 30 mujeres que están siguiendo sus pasos. Es residente en un espacio territorial de capacitación y reincorporación en La Guajira. Allí existe actualmente un Comité de Género conformado por hombres y mujeres y de la comunidad que adelantan diferentes procesos sociales, comunitarios y productivos.

El proyecto surge como una iniciativa que pueda fortalecer en temas de cooperativismo el trabajo de género desde los diferentes espacios políticos, sociales y económicos.

“La idea del proyecto es empoderar a las mujeres para que se destaquen en estas áreas y en el desarrollo de proyectos. No solo trabajamos con la reincorporación de hombres y mujeres excombatientes, sino con las personas aledañas”, indica la mujer. También dirige un proyecto de cocina móvil y fija donde las mujeres comercializan sus productos. Otra de las iniciativas es un Vivero del que hace parte al menos un 90% de las mujeres de su comunidad. En este se producen plantas aromáticas y medicinales y se impulsa la reforestación del sur de La Guajira.

En cuanto a lo político y comunitario se está adelantando un proceso de relacionamiento con las mujeres de las veredas en temas de fortalecimiento de los principios y valores.

Se incentiva a las mujeres a ser cada vez más independientes. Además se les hace pedagogía sobre el feminismo y para la prevención de la violencia. La mayoría de procesos productivos en la reincorporación los lideran las mujeres.

Yenny Moscote juega un partido de fútbol y unidad

Amante del fútbol y proveniente de una familia matriarcal, a Yenny Moscote no se le permitía practicar el deporte que tanto amaba. Fue creciendo, formó su hogar y quería que sus tres hijos siguieran esa pasión. Le costaba ver que algunos niños que querían entrar a la escuela de fútbol donde practicaban sus hijos no podían por diferentes motivos. Hace 15 años fundó su escuela Unidos Fútbol Club que ha acogido a muchos niños en diferentes sectores.

Hasta la fecha ha trabajado con algunos menores de barrios como El Ferry, La Luz, La Chinita, El Bosque; de Soledad y del corregimiento de Palermo, promoviendo la sana convivencia y alejándolos de los conflictos sociales. “Es una escuela donde pueden estar convocados todos los niños, los que pueden pagar, los que no pueden pagar, los que pagan poco. Lo que promuevo es que todos tengan la misma oportunidad de participar”.

Con pocos recursos mantiene la escuela para la compra de implementos para los entrenamientos y el pago a los profesores. Actualmente tiene 75 niños activos. Para ella es fundamental promover la inclusión desde estos espacios. Naturalmente varias niñas también se divierten en las canchas jugando fútbol.

La voz poética de una guerrera que lleva su historia por el mundo

Kiester Rodríguez estudia Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana. En su vehemencia poética plasma sobre el papel sus vivencias, sentimientos e ideales. La joven de 22 años el pasado mes de enero publicó su obra Las reliquias del amor en Amazon, que forma parte de una antología poética. Un logro para ella.

También obtuvo una mención honorífica por su participación en el homenaje en vida que le hicieron al poeta Ernesto Kahan. Como si fuera poco, en este mes de la mujer, una revista científica de México publicará su poema Endoguerrera.

El escrito relata cómo sobrelleva su vida con la endometriosis, una enfermedad que afecta a una de cada 10 mujeres en el mundo y que está relacionada con el ciclo menstrual. El texto hace un llamado a las instituciones a adelantar estudios para encontrar la cura a esta enfermedad, ya que “solo mandan pastillas para tratarla”. 

La escritora alza su voz por las demás mujeres que la sufren, porque conoce de cerca los fuertes dolores menstruales causados por este mal. Está dispuesta a trabajar de la mano con organizaciones y entidades que busquen hacerle frente a la endometriosis.

Premios Mujer Cafam 2021

Fuera de los esquemas habituales se llevará a cabo el evento virtual de los Premios Mujer Cafam. No habrá ceremonia de premiación y tampoco se abrió la convocatoria anual con la que se elige a las participantes. Así lo explicó Marta Lucía Merchán, coordinadora de los premios.

Para esta edición 33 se realizará el foro ‘Mujeres más fuertes por Colombia’, en el que seis panelistas de diferentes sectores económicos del país contarán sus experiencias y cómo se han reinventado desde la pandemia.

La transmisión se llevará a cabo a través del canal Cafam de YouTube a las 8:00 a. m. Entre ellas se encuentran la vicepresidenta de la República, Martha Lucía Ramírez; la mayor General Clara Esperanza Galvis, directora general del Hospital Militar Central; Dolly Montoya Castaño, rectora de la Universidad Nacional de Colombia; María Adelaida Arango, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Grupo Nutresa; Zulma Cucunubá, epidemióloga e investigadora del Imperial College de Londres; y Johana Bahamón, presidente ejecutiva de la Fundación Acción Interna y Mujer Cafam 2020-2021.

A través de la transmisión se pretende visibilizar cómo el rol de las mujeres seguirá siendo determinante en la reconstrucción del tejido social y la recuperación sostenible del país. El año pasado la Mujer Cafam fue Johana Bahamón, por lo tanto no se abrió la convocatoria tradicional, sino que extenderán el título de Bahamón hasta al año próximo. Para la versión del Premio Cafam a la Mujer 2022, si la emergencia sanitaria lo permite, se espera iniciar un proceso de convocatoria, elección y postulación de las candidatas por región, en el mes de agosto de este año.

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