Garrapatas, huéspedes peligrosos
Los perros que alojan estos ectoparásitos pueden sufrir enfermedades que acaban con sus vidas.
Si nota a su mascota incómoda y constantemente rascándose alguna parte de su cuerpo, es posible que tenga garrapatas.
Las garrapatas son huéspedes molestos que pueden llegar a ser muy peligrosos para su mascota, ya que le ocasionan múltiples trastornos inmunológicos y enfermedades dermatológicas.
De acuerdo con María del Mar Rodríguez, médica veterinaria y especialista en medicina interna de pequeños animales, estos insectos son un tipo de parásito.
“Siempre que hablamos de una garrapata nos referimos a un ácaro que parasita en el cuerpo de animales vertebrados. Su objetivo principal es buscar una fuente de alimento constante con la que puedan sobrevivir”, explica.
Los perros son muy propensos a contraer estos ectoparásitos cuando se exponen a plantas y arbustos, lugares estratégicos donde se anidan temporalmente este tipo de ácaros.
“Siempre deberás estar pendiente de dónde se mete tu perro y estar limpiando estas zonas de mayor predisposición”, expone la experta.
Síntomas.
El constante afán por rascarse el cuerpo con las garras, e incluso con los dientes, es la señal más clara de que un perro está lleno de garrapatas en la piel.
“El animal de compañía sentirá un picor muy incómodo y constante en las zonas de las orejas y querrá lamerse las patas, donde estos insectos se asienten, por lo que no parará de intentar aliviar dicha molestia”, explica Rodríguez.
Las garrapatas rompen los tejidos en busca de sangre y en ese proceso pueden llegar a generar una hemorragia que saldrá a la luz cuando dicho ácaro ya lleve un tiempo hospedado en el cuerpo del perro.
Otro posible síntoma es la parálisis de la zona del cuerpo donde se encuentren alojadas las garrapatas. Rodríguez explica que esto sucede porque estos ectoparásitos introducen su saliva en el organismo del animal y esta tiene propiedades que posibilitan el adormecimiento de los tejidos que alcanzan.
Prevención y tratamiento.
El médico veterinario Camilo Andrés Castañeda explica que lo mejor es la prevención, para ello se debe revisar a la mascota constantemente con peines, en especial si esta tiene un pelaje largo.
“Hay que tener en cuenta que la garrapata es un parásito hematófago. Ella tiende a engancharse al organismo y a llenarse de sangre”.
El especialista hace énfasis en la revisión de la parte interna de las orejas, ya que ellas suelen ubicarse mucho en esta zona del cuerpo del animal.
En caso de que su mascota llegue a sufrir por garrapatas, los veterinarios recomiendan llevarlo donde su profesional de confianza. Este le podrá recetar tabletas que le ayudarán a controlar al ectoparásito.
“Los tratamientos caseros están desaconsejados y se reitera que no existe una vacuna contra las garrapatas”, coinciden.
La revista Idea, especializada en entomología (ciencia que estudia los insectos), explica que las garrapatas hacen parte de una gran familia de ácaros conocida como ixodoideos. Estos son ectoparásitos, ya que son organismos que se hospedan en el exterior de otro y se benefician de él. En este caso se da una relación de parasitismo, ya que el huésped se beneficia y el anfitrión no recibe nada a cambio, pero siempre sufre alguna lesión, por leve que sea.
Su perro puede salir muy mal librado en caso de contraer garrapatas. Entre las enfermedades que puede adquirir por culpa de este insecto se encuentra la anaplasmosis, que es una patología que provoca síntomas similares a los de la gripe. La fiebre alta es la principal señal de esta enfermedad, esta puede ir acompañada de diarrea, vómitos, inflamación y parálisis de las articulaciones.
La babesiosis es otra de las enfermedades que puede causar este molesto huésped. Esta puede ocasionar una anemia gradual en el perro y sus síntomas característicos son fiebre e ictericia (mucosas pálidas), que provoca una coloración amarillenta en la piel por la subida de la bilirrubina en la sangre. Los perros también pueden sufrir parálisis, esta empezará en el área donde se encuentran ubicadas las garrapatas. Si el tiempo pasa y el insecto continúa en la piel, el perro empezará a presentar debilidad y, posteriormente, parálisis completa.
Otra de las patologías es la hepatozoonosis. Esta se presenta con fiebre constante, diarrea, dolor corporal generalizado, anemia y problemas de motricidad.
Para verificar si su animal tiene esta enfermedad no basta solo con observarle el pelaje, es conveniente palpar las zonas de la piel donde el perro ha podido alojar el ectoparásito.
