La Independiente crea nichos gastronómicos
En los negocios gastronómicos en Barranquilla, la Independiente tiene el concepto de varios restaurantes en un mismo lugar con el gusto de la buena mesa, una ambientación con el diseño y el valor patrimonial.
Álex Quessep, José Tovar y Andrés Martelo hacen parte de la naciente iniciativa de inversiones y negocios de restaurantes ubicados en La Independiente, una casa patrimonial del barrio El Prado, donde se reúne un concepto que denominan “centro gastronómico”.
La restauración de un bien con categoría patrimonial, la historia, la cultura gastronómica del Caribe colombiano y las fusiones con la comida internacional crean una hermandad, dice Quessep. “Empiezan a crearse unos nichos en torno a la gastronomía, muy cercana, que exaltan diferentes cocinas y con puntos concurridos. Son pequeños oasis en la ciudad. Vienes a comer a un lugar, a pasar un rato apacible y una opción para los que no quieren estar en el mundanal ruido de los centros comerciales”.
La propuesta de La Independiente se cocinó durante dos años, con la experiencia del restaurador José Tovar, encargado de todos los procesos, el engranaje y la puesta en escena; cuidar los costos, el mantenimiento del restaurante y de la sociedad de La Independiente. Tovar tiene desde el 2009 experiencia en el montaje de negocios de esta actividad.
El centro gastronómico tiene un área construida de 569 metros cuadrados, en el que se encuentran Palo de Mango, que ofrecerá 120 mesas, y Lola con otras 30, en un ambiente basado en el concepto de arquitectura de Álex Quessep.
“La casa llevó un proceso de restauración, reconstrucción con el aporte Caribe. Hay materiales y detalles de tejido, madera y artesano que es lo que he aprendido con Álex Quessep”, cuenta Tovar.
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“Hay una renovación urbanística en el Prado, Bellavista, Boston que muestra la Barranquilla que está por construirse y la que tiene un pasado y una identidad que mueve a la gente, a mirarla hacia adentro con la renovación de lugares y actividades económicas, historia y cultura”´, Alex Quessep
Cada elemento que ambienta Palo de Mango y Lola, los dos primeros establecimientos en abrir, fueron escogidos para hacer una identidad, agrega Quessep, propietario de Palo de Mango. Ocra, con especialidad en platos del Mediterráneo y griego, M Cocina Árabe, y uno con especialidad de la comida de la India, completarán la oferta del centro gastronómico para los próximos meses.
“Palo de Mango y Lola son coquetos. Mi propuesta es invitar a que la gente salga de los tres restaurantes que tradicionalmente son los que más se visitan en la ciudad”, agrega Andrés Martelo, quien tiene otras inversiones en bar y tendrá otra iniciativa en El Malecón.
La exquisitez del menú de Palo de Mango propone una sintonía con el ambiente, dice José Tovar. “De miércoles a sábado tendremos música en vivo y autóctona como gaitas, tambores, saxofón”.
“Es un espacio que se desarrollará con la música de viento, gaitas, el tambor. El oído también será alimentado”, dice Quessep.
Admiten los chefs e inversionistas que la ciudad “puede tener una saturación de la oferta de restaurantes” asociada a la expansión y desarrollo. Álex Quessep dice que lo que le agrada de la ciudad es que, a pesar de que hay unas barreras socioeconómicas bien definidas entre el norte y el sur, “hay una renovación urbanística en el Prado, Bellavista y Boston que muestra la Barranquilla que está por construirse y la que tiene un pasado y una identidad que mueve a la gente, a mirarla hacia adentro con la renovación de lugares y actividades económicas, historia y cultura”.
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