
“El apoyo político de Colombia a las energías limpias ha sido tímido”
El director para América Latina y el Caribe de Políticas de Energía Sostenible del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) afirma que es fundamental que Colombia entregue una señal decisiva de unirse al momento de la transición energética hacia las energías renovables.
Tabaré Arroyo Currás (México 1983) tiene una década levantando una bandera para que América Latina y el Caribe se conviertan en un territorio líder en la producción de energías limpias. Uno de sus principales argumentos es que, así como la región posee grandes riquezas minero energéticas, también tiene otras que provienen de fuentes renovables que no han sido explotadas. “La eólica, solar, geotérmica y biomasa sostenible son algunas de esas energías confiables y baratas, que ayudan a frenar el deterioro ambiental, y a disminuir el impacto en el cambio climático”, señala Arroyo Currás.
Este licenciado de ciencias básicas, ingeniero químico y ambiental, con un postgrado en economía del cambio climático y energía renovable, maestría en ciencias en el desarrollo sostenible,
y director para América Latina y el Caribe de Políticas de Energía Sostenible del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF); afirma que es fundamental que Colombia entregue una señal decisiva de unirse al momento de la transición energética hacia las energías renovables.
Arroyo Currás fue uno de los expositores invitados al Encuentro Internacional de Energías Renovables en Riohacha, Guajira, y en entrevista para +negocios (+n) afirma que su propuesta para Colombia es crear resiliencia a partir de una matriz eléctrica –energética también– diversificada y que aproveche la complementariedad de los recursos de todo el país y en sus regiones.
¿Desde qué perspectiva puede analizarse la importancia de las energías renovables para los países en vía de desarrollo?
Lo social, lo económico y lo medio ambiental. Lo primero empodera a la gente y la equipa con energía limpia y de calidad. Lo segundo, porque abarata costos de energía y fomenta la competitividad y la diversidad industrial. En lo ambiental, porque permite la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, principal motor del cambio climático, así como de otros impactos medioambiental y social, ligados a la producción de combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón.
¿Cómo analizar la importancia que le ha dado Colombia a las energías renovables frente a su diversidad, riqueza en recursos y extensión territorial?
Alrededor del 75% del consumo total de energía en Colombia es de origen fósil. Del resto más de la mitad es hidroeléctrica. Desde la perspectiva de generación Colombia ha confiado su suministro a esta, lo que ha implicado un bajo apoyo a otras fuentes de energía renovable.
Latinoamérica sigue siendo uno de los mercados de más rápido crecimiento de la energía eólica y la energía solar ¿Esto puede ser esperanzador para aquellos países como Colombia que las necesita?
Colombia no puede quedarse atrás en comparación al resto de América Latina. Tan solo veamos a dos países de la Alianza del Pacífico, de la cual Colombia es parte con México y Chile. México ya ha definido una estrategia de transición energética. Si bien se plantean objetivos de electricidad, 35% limpia al 2024 y 50% al 2050; la estrategia aborda mucho más que solo este sector. Se habla de electrificación de transporte, redes inteligentes y eficiencia energética. Y Chile, con base a su Política Energética al 2050, se plantea alcanzar 60% de electricidad renovable al 2035 y al menos 70% al 2050.
¿Qué tan rezagado está Colombia en materia de energías renovables?
Según el Climaescopio de Bloomberg New Energy Finance (2016), Colombia ocupa la posición 10 de 26 en América Latina y el Caribe en cuanto a solidez del mercado de renovables. Eso es un buen indicador de qué hay cosas positivas, pero también de que queda trecho para estar a la vanguardia y competir con otros países.
Colombia superó un Fenómeno de El Niño y ¿cómo las energías limpias pueden a futuro superar otras situaciones climáticas?
La idea es crear resiliencia a partir de una matriz eléctrica –energética también- diversificada y que aproveche la complementariedad de los recursos de todo el país y hasta de la región. El futuro tiende a sistemas que no operen más con cargas base, sino con sistemas con despachos flexibles, almacenamiento hídrico, neumático, mecánico, químico, y una gestión inteligente de la demanda. Si a eso se le añade el óptimo uso de la complementariedad de los recursos renovable regionales, a partir del intercambio coordinado, no solo en emergencias, estamos hablando de que el país tendría herramientas suficientes para hacer frente a la variabilidad climática mediante una alta penetración de fuentes no convencionales, como la solar y la eólica.
Desde sus estudios y análisis, ¿cuál ha sido el obstáculo para que las energías renovables entren a ser parte de la matriz energética en Colombia?
Pienso que el apoyo político de Colombia hacia las renovables ha sido bastante tímido. Es cierto que hay un marco político más favorable que se empieza a construir. Hoy día hay algunos instrumentos que promueven a las renovables, como lo son excepciones fiscales, depreciación acelerada de activos o la creación de fondos para financiar programas de energía limpia y eficiencia energética. Todo eso es muy positivo, pero no es suficiente para mantener el ritmo.
¿Qué objetivo debería proponerse Colombia?
Es fundamental que Colombia de una señal decisiva de que quiere unirse al momento de la transición energética hacia las renovables. El actual dato del 2010 se enfoca en un 6,5% en sistema interconectado y 30% en sistemas aislados al 2020. De ahí es tan importante tener un objetivo base, ambicioso y más contemporáneo. Uno que refleje ese verdadero potencial renovable colombiano y ese liderazgo que el país ha demostrado en otros ámbitos. Los recursos son vastos, los costos de las tecnologías han bajado mucho en los últimos años y estas se han mejorado, lo cual convierte a las renovables en un negocio interesante. La Región Caribe, con La Guajira tiene un gran potencial de recursos renovables como el solar y el eólico. En generación distribuida, sin duda, hay una oportunidad de mejorar el acceso y la calidad a energía eléctrica de esta región.